La economía paraguaya está arrojando los resultados más desalentadores de los últimos siete años. Luego de que el primer trimestre del 2019 sufriera una contracción de 2% del producto interno bruto (PIB), según registros del Banco Central del Paraguay (BCP), el periodo comprendido entre abril y junio también está cerrando en la senda negativa.
Este segundo trimestre mostró una retracción de alrededor de 1% del PIB, con los meses de abril y mayo como los más difíciles, sostuvo el economista César Barreto, de la fundación Desarrollo en Democracia (Dende).
El analista reconoció que en junio se observó una mayor estabilidad en el mercado y mantiene su confianza en que se salga de la actual coyuntura en cualquier momento, de la mano de las medidas de reactivación anunciadas por el Gobierno.
“Es un apoyo por parte del Estado para que el sector privado contenga la situación de crisis que hay y que se empiece a invertir de vuelta, porque hay que entender que gran parte de los problemas de la desaceleración son cuestiones muy de corto plazo, como la sequía y el exceso de lluvias. La producción agrícola seguramente va a pegar un salto en el primer trimestre del año que viene, también la ejecución de los proyectos de inversión en infraestructura va a acelerarse porque va a haber días mejores”, expresó.
Respecto a la diferencia entre las medidas de reactivación implementadas por Brasil y Paraguay, explicó que en el caso de nuestro país no se requiere de acciones que promuevan la inyección de guaraníes, debido a que el sistema financiero cuenta con liquidez necesaria, por lo que la disponibilidad de recursos se limita a las operaciones en dólares. Sostuvo que los márgenes de maniobra que tiene el sector público consisten en acelerar las obras de infraestructura y tomar medidas monetario-financieras de corto plazo, dirigidas particularmente al sector agropecuario.
El gobierno brasileño anunció la disponibilidad de 100.000 millones de reales, o USD 26.110 millones, para los bancos privados, a fin de promover un mayor dinamismo económico del país. Los recursos provienen de la liberación de fondos provenientes del dinero de la reserva y la reducción de la tasa aplicada a los recursos a corto plazo.
El BCP, por su parte, había reducido en 0,5 puntos porcentuales la tasa de política monetaria, para dejarla en 4,75%. Barreto consideró que este ajuste “tarde o temprano llega tanto a la renovación de los créditos como a la concesión de nuevos créditos, en condiciones mejores en términos de tasas de interés”.
La economista Verónica Serafini, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), instó a analizar si los recursos comprometidos en los planes de reactivación económica terminan financiando obras que benefician a sectores que tienen poco derrame en el empleo, en cuyo caso el efecto será aumentar la desigualdad del ingreso. “Este gobierno no puede darse el lujo del estatus quo”, recalcó.
A criterio de Beltrán Macchi, directivo de la Asociación de Bancos del Paraguay (Asobán), el país recibió el impacto de diversos factores externos que han complicado el ritmo de la economía, sobre todo con la ralentización del consumo y de la inversión. En cuanto a la inversión pública, recordó que el Gobierno se ha demorado en poner en marcha los proyectos nuevos y en darle impulso a los ya en ejecución.
Para este año, el BCP pronostica un crecimiento económico de 3,2%, estimación corregida desde el 4% anterior y con sesgo a la baja, que conocerá este mes.