“Obviamente, me duele, como a todos los peruanos”, admitió Vizcarra a periodistas que lo esperaron fuera de su domicilio en el distrito residencial limeño de San Isidro.
Tras dejar el Palacio de Gobierno, el ahora ex mandatario arribó a su casa hacia la medianoche de este lunes en un vehículo escoltado por policías y fue recibido por decenas de personas, en su mayoría vecinos de su barrio, quienes lo vitorearon y le pidieron que “luche” por mantenerse en el cargo.
DICTADURA DE LOS VOTOS
Poco antes, Vizcarra había anunciado en el Palacio de Gobierno que iba a acatar la decisión del Congreso, a pesar de que recibió “innumerables recomendaciones” para que presente acciones legales “para impedir” la decisión del Legislativo.
Ya en su casa, comentó que “pareciera que finalmente la democracia se ha sustentado en la dictadura de los votos”.
Admitió, además, que se sorprendió con la decisión del Congreso “porque finalmente los parlamentarios son representantes del pueblo y ellos tienen que votar en función de lo que el pueblo dice”, en alusión a que su gestión contaba con gran apoyo popular aunque poco respaldo de las agrupaciones políticas.
Reiteró, por otra parte, que no piensa postularse a las elecciones presidenciales de abril del próximo año porque ya ha ejercido la jefatura del Estado durante este periodo y planea regresar a su actividad profesional como ingeniero.
“No puede decirse que no hayamos puesto alma, corazón y vida para mejorar las cosas”, acotó sobre su gestión antes de responder con un “por supuesto” a la consulta de si se pondrá a disposición de las investigaciones que se le siguen por presuntos actos de corrupción, que él niega de manera tajante.
INCAPACIDAD MORAL
El Congreso de Perú destituyó este lunes a Vizcarra, con 105 votos a favor, tras debatir la llamada “moción de vacancia” impulsada contra el mandatario por las acusaciones de que cometió actos de corrupción cuando era gobernador de la provincia sureña de Moquegua (2011-2014).
La resolución parlamentaria declaró la “permanente incapacidad moral del presidente”, por lo que se aplicará “el régimen de sucesión establecido en la Constitución”, que será efectivo este martes tras haber sido comunicado al gobernante.
Ya que Vizcarra no tiene vicepresidente, ahora la presidencia peruana recaerá en Manuel Merino, el presidente del Congreso e integrante del grupo político centro derechista Acción Popular (AP), quien anunció que jurará durante la mañana de este martes.
Sin embargo, la decisión del Congreso generó sorpresa, desconcierto e indignación en su país, con cacerolazos y protestas ciudadanas, así como el rechazo de políticos, constitucionalistas, analistas y hasta representantes de la Iglesia Católica.