En el documento firmado por el presidente de la Ases, Giuseppe Politi, recuerda que la colonia surgió como una solución y una respuesta a las familias sin tierra que vivían en campamentos a la vera de la ruta Transchaco entre los Km 134 y 218.
En 1991, para evitar el desalojo, monseñor Mario Melanio Medina buscó ayuda internacional en la oenegé, que a su vez obtuvo fondos no reembolsables en la Unión Europea por unos 2.047.000 euros, con el fin de crear en el lugar una cuenca lechera.
Las tierras para reubicar a las familias fueron entregadas a través del ex Instituto de Bienestar Rural (IBR), que obtuvo unas 20.000 hectáreas de la propiedad, de las cuales 5.000 fueron destinadas como reserva forestal.
La colonia comenzó a construirse en 1993 con un primer núcleo de 50 viviendas, un local comunitario y un tajamar. La Ases capacitó a los pobladores, les proveyó un autobús, instaló un tambo industrial y entregó un camión frigorífico para transportar leche y queso.
En 1999, la colonia fue entregada a la administración nacional lista para constituirse en una próspera comunidad. Sin embargo, “desde el año 2000, el Estado se desentendió del asentamiento”, reza el texto, agregando que esto llevó al fracaso el proyecto.
Indica que los sucesivos gobiernos no continuaron las tareas de asistencia técnica y capacitación, y los campesinos fueron abandonando la comunidad y vendiendo sus derecheras. Sostiene que también, con el aval gubernamental, se fueron instalando de manera ile gal en la zona de personas pudientes. El comunicado critica además la intención de la administración actual del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) de destinar las tierras de Nueva Mestre a personas de dinero. “Las familias de Nueva Mestre están muy preocupadas porque el Indert quiere cobrar G. 600.000 por hectárea y ellos nos pueden pagar cuotas tan altas”, dice el documento. Agrega “que parece una maniobra para que sean los lotes adquiridos por gente adinerada”.
La Ley Nº 97/91, que creó la colonia, señala que las tierras debían ser destinadas exclusivamente a “las familias que ocupaban la Transchaco”.
Politi finaliza instando al titular del Ejecutivo, Horacio Cartes, a poner en práctica el pedido que le hizo el papa Francisco de combatir la pobreza en el país.