La organización Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la oenegé británica especializada Traffic alertaron en un informe sobre las exportaciones de tigres, o de partes del cuerpo de este felino, desde países de la UE entre 2013 y 2017, basándose en datos de la Cites (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).
La Cites autoriza la cría en cautividad y el comercio de algunas especies en peligro, pero si se hace en el marco de una estricta reglamentación.
Durante ese periodo de cinco años, las exportaciones directas implicaron a 103 tigres, mientras que otros 84 procedentes de otros países fueron reexportados desde la UE.
Esas exportaciones se autorizaron por razones comerciales, zoológicas o para circos, sobre todo a “países donde se sabe que la cría se usa para alimentar el comercio ilegal de esta especie amenazada, como China, Tailandia o Vietnam”. Estos dos últimos países son los principales receptores de las exportaciones de tigres desde la UE.
Además, el reporte advierte que este comercio “hace que sea más difícil aplicar la ley y puede estimular la demanda y hacer que aumente la caza furtiva de tigres salvajes”, cuya población está estimada en al menos 4.000 individuos en el mundo, según las oenegés.
En el mismo periodo de cinco años, la UE también señaló 95 incautaciones de productos procedentes de los tigres, productos medicinales en su gran mayoría (94%).