“Hoy, la humanidad está a un sólo malentendido o un error de cálculo de la aniquilación nuclear”, advirtió el secretario general de la ONU, António Guterres, al abrir la décima conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación (TNP).
La reunión, que continuará hasta el próximo 26 de agosto, es la primera de este tipo en siete años debido a retrasos por la pandemia de la covid-19, y es vista por muchos analistas como un foro clave para volver a impulsar el desarme en un momento especialmente complicado.
La guerra en Ucrania y las alusiones de Rusia a su capacidad atómica para disuadir a cualquier país que se plantee intervenir en ese conflicto han vuelto a encender el debate sobre las armas nucleares y el futuro de toda la arquitectura internacional creada para mantenerlas a raya.
Según la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), la invasión rusa ha creado mayor división y ha aumentado las probabilidades de que proliferen las armas de este tipo y de que puedan llegar a usarse.
Al mismo tiempo, las cinco potencias nucleares oficiales bajo el TNP (EE.UU., China, Francia, Rusia y China) “están violando sus obligaciones de desarme” y “aumentando el riesgo de una catastrófica guerra nuclear”, avisó el lunes Beatrice Fihn, la directora ejecutiva de esta organización que en 2017 recibió el premio Nobel de la Paz.
En las próximas semanas, los países firmantes del TNP -que son la mayoría del mundo- discutirán las posibilidades de reforzar la aplicación de este tratado que tiene como fin principal frenar la expansión de las armas atómicas.
CRECIENTE DIVISIÓN. Sin embargo, las posibilidades de alcanzar consensos parecen extremadamente remotas, pues en la última cita de este tipo, en 2015, ya resultó imposible y, tal y como ayer señalaron varios participantes, las cosas no han hecho más que empeorar. “La humanidad corre el peligro de olvidar las lecciones forjadas en las aterradoras llamas de Hiroshima y Nagasaki”, señaló Guterres, que insistió en la necesidad de cambios: “Hemos tenido una suerte extraordinaria hasta ahora, pero la suerte no es una estrategia. Tampoco es un escudo contra las tensiones geopolíticas que desembocan en un conflicto nuclear”, dijo.
EE.UU. y Rusia, las dos grandes potencias nucleares, coincidieron el lunes en los peligros de la guerra nuclear y defendieron herramientas como el TNP para garantizar que nunca se llegue a ese extremo, pero también intercambiaron acusaciones.
Pese a ello, el presidente estadounidense, Joe Biden, aprovechó el inicio de la reunión en Naciones Unidas para ofrecer a Moscú comenzar a negociar “de inmediato” un tratado. La propuesta, sin embargo, fue recibida con frialdad por parte del Gobierno ruso, que puso en duda la voluntad de Washington.