A pocos días de que empiece en Glasgow la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP26) -el foro político de más alto nivel para hacer frente a la crisis climática-, que se celebra entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre, el Programa de las ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) presentó este martes la duodécima edición del “Informe sobre la Brecha de Emisiones”, correspondiente a 2021.
Según el informe, para alcanzar la meta de 1,5 grados debería haber una reducción adicional de las emisiones anuales hacia la atmósfera superior a los compromisos actuales.
Así, el PNUMA, con sede en Nairobi, aboga por una disminución durante los próximos ocho años de al menos 28 gigatoneladas de equivalente de dióxido de carbono (medida cuyas siglas en inglés son GtCO2e y que sirve para cuantificar la masa de los gases de efecto invernadero con base en su potencial de calentamiento).
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Sin embargo, al ritmo actual, se espera que las emisiones globales de todos los gases de efecto invernadero alcancen cerca de 60 GtCO2e solo en 2021 (incluidas 33 gigatoneladas de CO2), a pesar de que la covid-19 provocó una caída de un 5,4% de las emisiones de dióxido de carbono en 2020.
“Para tener una oportunidad de limitar el calentamiento climático a 1,5 grados, tenemos ocho años para reducir casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero (...). El reloj hace tictac en voz alta”, afirmó la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, en un comunicado.
Este informe compara las reducciones reales de las emisiones con las que hacen falta para frenar el calentamiento del planeta, un objetivo marcado en el Acuerdo de París (2015), que busca limitar el aumento de la temperatura a un nivel inferior a 2 grados e, idealmente, a 1,5 durante este siglo.
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Medidas con efecto limitado
Según el PNUMA, los cambios propuestos por los Estados en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC en inglés) -que incluyen las emisiones previstas por cada país y las medidas de mitigación a aplicar- no son suficientes.
“El impacto combinado de las NDC nuevas o actualizadas es limitado”, señala el informe, ya que se estima que para 2030 supondrían una reducción global adicional de las emisiones de solo 2,9 GtCO2e respecto a lo que suponían las NDC anteriores.
En este sentido, las nuevas NDC sumadas a otros compromisos asumidos por los países suponen únicamente una reducción adicional del 7,5% de las emisiones globales anuales de gases de efecto invernadero previstas para 2030.
Esas cifras, subraya el documento, se quedan cortas para cumplir el Acuerdo de París, pues sería necesaria una reducción de al menos un 30% de las emisiones para lograr el objetivo de no superar los 2 grados y una reducción del 55% en el caso de los 1,5 grados.
Con todo, el PNUMA estima que las nuevas políticas anunciadas por los países reducirían las emisiones previstas en 2030 hasta 55 GtCO2e, es decir, 4 GtCO2e menos de lo estimado en el informe de la brecha de emisiones del año pasado.
Las promesas de neutralidad de carbono
A nivel global, 49 países y la Unión Europea (UE) como bloque se han marcado como objetivo alcanzar un estado de neutralidad de carbono (que sus emisiones netas de CO2 sean cero).
Para llegar a la meta de un aumento de la temperatura de la Tierra que no supere los 1,5 grados, las emisiones de CO2 deberían alcanzar el nivel “cero” en 2050, y las del resto de gases de efecto invernadero, entre 15 y 20 años después.
Estos compromisos podrían marcar “una gran diferencia”, indica el informe, ya que esos 49 países representan más de la mitad de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, más de la mitad del producto interior bruto (PIB) global y un tercio de la población mundial.
Si estas políticas se implementaran, podrían reducir 0,5 grados adicionales el calentamiento del planeta -de 2,7 a 2,2 grados- pero “los planes actuales son vagos y no se reflejan en las NDC”.
“Las naciones (...) necesitan hacer más concretas sus promesas de cero emisiones netas, asegurando que estos compromisos estén incluidos en las NDC y las acciones avancen”, señaló Andersen.
“También es esencial brindar apoyo financiero y tecnológico a las naciones en desarrollo para que puedan adaptarse a los impactos del cambio climático”, agregó la directora ejecutiva.
Toque de atención al G20
El informe da un toque de atención al G20 (grupo de veinte países desarrollados y emergentes), responsables de la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero, que “no están en camino de cumplir sus NDC anteriores”.
Solo 10 miembros del grupo -Argentina, China, India, Japón, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido y la UE- “es probable” que logren sus compromisos originales siguiendo las políticas aplicada actualmente.
En los últimos años, los países del G20 han desarrollado una larga lista de políticas, incluyendo también medidas negativas, como proyectos de extracción de combustibles fósiles o la retirada de regulaciones medioambientales durante la pandemia, lamenta el PNUMA.
Frente a esos retrocesos, Inger Andersen recordó que “el cambio climático ya no es un problema del futuro, sino un problema del ahora”.