Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de las Naciones Unidas (ONU) revela que el hambre, la inseguridad alimentaria, el sobrepeso infantil y la obesidad adulta se agravan en América del Sur.
Los números dan cuenta de que las personas hambrientas se duplicaron en la región entre 2015 y 2021, pasando de 17,2 millones a 34,2 millones, según el reporte denominado “Panorama Regional de Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina”, publicado este último miércoles por la organización.
Venezuela es el país que registra la mayor tasa de desnutrición de personas que no logran adquirir alimentos suficientes para cubrir las necesidades mínimas de energía alimentaria durante al menos un año, con un 22,9%, seguido de Ecuador (15,4%) y Bolivia (13,9%).
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En Colombia, Paraguay, Perú y Surinam se superó el 8%, mientras que a escala regional, 56,5 millones de personas pasaron hambre durante el 2022, un 30,5% más que antes de la pandemia.
En 2021, la inseguridad alimentaria, es decir, la falta de acceso regular a alimentos suficientes, afectó al 40% de la población de América Latina y el Caribe, superando significativamente el promedio mundial, de 29,3%.
En mayo de 2022, datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) revelaron que el 25% de los hogares paraguayos o 1 de cada 4 compatriotas se vieron afectados por la inseguridad alimentaria moderada o grave durante casi todo el 2021.
Según la ONU, los únicos avances recientes hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por los países miembros para el 2030 fueron en el área de lactancia materna de niños menores de seis meses y retraso en el crecimiento infantil.
El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el economista José Salazar-Xirinachs, señaló este mismo jueves que la región sufre un crecimiento económico “estructuralmente bajo” y que no se puede achacar solo a la pandemia o a las repercusiones de la guerra en Ucrania, aunque estos eventos evidentemente no ayudan.
Según las previsiones más actualizadas, Latinoamérica crecerá en 2023 aún menos que el año pasado, un porcentaje inferior de 1,3% frente al 3,4% en 2022.
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La consecuencia será que “la pobreza no bajará” en 2023 del umbral del 32% (201 millones de personas) en el que prácticamente se encuentra en la actualidad, aunque algunos países que estén por encima del crecimiento medio proyectado (al menos entre el 3% y el 4%) sí podrían reducir su número de pobres y pobres extremos.
En el plano económico, este año la única noticia positiva que se espera para la región es que la inflación no seguirá subiendo, aunque se mantendrá elevada. Si se cumple, esto relajará la presión sobre las tasas de interés, que también podrían ya haber alcanzado su tope.