La proyección obedece a las condiciones de bajo crecimiento global, alta inflación, mayores costos de financiamiento y reducido espacio de política fiscal, de acuerdo con el análisis brindado ayer por el especialista, en el marco de la presentación de la situación y perspectivas para la economía mundial 2023 de las Naciones Unidas.
Se avizora también un menor crecimiento en todas las subregiones que forman parte de América Latina, destacándose países como Brasil, México y Argentina, que tendrán un bajo crecimiento y elevada inflación.
En torno, particularmente, a la inflación, el analista destacó que la misma permanecerá elevada en la región, reflejando las presiones persistentes.
Los altos precios de la energía y los alimentos, más la depreciación de las monedas locales y los problemas de oferta, forman un cóctel negativo para las economías regionales.
A lo anterior se suma, de acuerdo con Vergara, el aumento de la inseguridad alimentaria; en tanto que se reducirá también la creación de empleo, con tasas de participación todavía por debajo de 2019 y una recuperación desigual, empleos de baja calidad e informales.
Un menor crecimiento, con mayor costo del crédito y mayores costos de producción afectarán al empleo, según el analista de la ONU. “Los niveles de pobreza no se reducirán en el corto plazo; en tanto que los niveles de pobreza y pobreza extrema se mantienen tal como los anteriores a la pandemia”, según consignó.