La jueza penal de Garantías Rosarito Montanía emitió una orden de captura internacional con fines de extradición para Christian Javier Paredes Aquino, de 26 años, y Osvaldo Acosta, de 38 años, dos presuntos importantes colaboradores de la organización criminal investigada en el operativo A Ultranza.
Paredes sería el presunto secretario y testaferro de la estructura, liderada por Miguel Ángel Insfrán Galeano, mientras que Acosta presuntamente operaba como un relevante apoyo logístico, informó el periodista de Última Hora Raúl Ramírez.
La resolución fue emitida por la magistrada tras el pedido del fiscal Deny Yoon Pak, realizado el pasado 4 de enero.
El agente imputó a Christian Paredes por los hechos de asociación criminal y lavado de dinero, sosteniendo que insertaba dentro del sistema financiero y económico las ganancias provenientes del narcotráfico de la organización criminal, por lo que se expone a una pena de hasta 15 años de prisión. El hombre es un testaferro de Insfrán, según la Fiscalía.
Mientras tanto, Osvaldo Acosta fue imputado por los mismos hechos, pero además está procesado por exportación e importación de drogas, por lo que puede llegar a una condena de hasta 25 años de cárcel.
De acuerdo con la investigación del Ministerio Público, es un importante colaborador en la logística, ya que habría participado activamente en el tráfico internacional de drogas, como transportador de las cargas. También formaba parte de la organización con Sebastián Marset y Miguel Insfrán, según el fiscal.
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Sebastián Enrique Marset Cabrera es un joven investigado como jefe de una organización criminal dedicada al narcotráfico y al lavado de dinero a nivel internacional.
Además de ser sospechoso del asesinato del empresario Mauricio Schwartzman, el Gobierno de Colombia lo sindicó en su momento como el cerebro del crimen del fiscal paraguayo especializado en crimen organizado Marcelo Pecci, quien fue asesinado en mayo de 2022 por sicarios mientras se encontraba en Colombia.
Por su parte, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, es sindicado como el líder de la estructura en Paraguay y actualmente la investigación de las autoridades colombianas lo apuntan como presunto autor moral del crimen de Pecci.