Luego del Operativo Veneratio, efectivos militares y policiales se quedaron en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú para resguardar la seguridad en el recinto. Desde el Ministerio de Justicia aseguraron a Última Hora que hay un “control total”, pero hay internos que siguen alterados.
Los uniformados estarán dentro del penal durante las próximas horas, previniendo cualquier eventualidad que pueda ocurrir, luego de que el líder del clan Rotela, Armando Javier Rotela, haya sido trasladado a la cárcel militar de Viñas Cué.
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El Operativo Veneratio inició durante la madrugada de este lunes y más de 2.000 uniformados, tanto militares como policías, llegaron hasta la penitenciaría Tacumbú para llevar a cabo el plan de control del máximo centro penitenciario del país.
Según datos oficiales, en la cárcel había 2.842 reclusos, entre ellos 1.692 procesados y 1.150 condenados, en tanto que con el Operativo Veneratio se logró el traslado de unas 700 personas, en un total de 18 colectivos.
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Los internos corresponderían mayoritariamente a la facción que lideraba el clan Rotela y fueron distribuidos en diferentes cárceles del país, como San Pedro, Coronel Oviedo, Villarrica, Encarnación, Misiones y Emboscada.
Cifras del operativo
Durante el operativo fueron aprehendidas en las inmediaciones un total de 52 personas que estaban en los alrededores, en su mayoría, familiares.
Asimismo, un total de 34 efectivos policiales fueron asistidos en el Hospital de Policía Rigoberto Caballero. De esta cifra, 16 fueron dados de alta posteriormente, en tanto que hay dos militares con heridas delicadas.
En cuanto a los presos, más de 25 presos fueron trasladados a diferentes centros de salud y otros tantos recibieron atención en el lugar, tras el enfrentamiento registrado entre la fuerza del orden y las personas privadas de su libertad.
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Entre las armas requisadas se encuentran fusiles, escopetas, revólveres, pistolas y municiones de diversos calibres, además de vainillas servidas y percutidas y dinamita en gel. Algunas de estas armas habían sido sustraídas tras el último motín registrado en octubre de este año.
En cuanto a los fallecidos, un total de 11 reclusos perdieron la vida, como también un agente del Grupo Lince, de nombre Martín Mendoza, que recibió una herida cortante en la cabeza con pérdida de la masa encefálica.
Tacumbú como centro de control
Tacumbú está ubicada en plena capital del país, en una zona urbana sumamente poblada, lo que facilita el contacto con el mundo exterior tras los muros entre los reclusos, familiares y allegados, extendiendo las ramificaciones del crimen en el área Central, que es la más poblada.
La capacidad de Tacumbú se encuentra sobrepasada desde hace varios años y aunque por un tiempo se prohibió que el penal siga recibiendo internos, el último motín en el penal, liderado por Armando Javier Rotela, derivó en el control total del penal por parte de los presos y en el sometimiento del Ministerio de Justicia a sus exigencias, permitiendo nuevamente el ingreso de presos y hasta quedándose con las armas de los guardiacárceles.
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El clan Rotela había demostrado su fuerza al nuevo Gobierno luego de desafortunadas declaraciones del actual ministro de Justicia, Ángel Barchini, quien posteriormente llegó al punto de denunciar filtración de informaciones desde su propia oficina. Coincidentemente, el último de los ministerios en tomar conocimiento del megaoperativo fue el de Justicia.
Rotela, con una condena de 20 años, se consolidó en los últimos años como el líder del microtráfico a nivel país, tanto de la venta de cocaína como de crack, principalmente en los barrios más carenciados.
Tras ser condenado, no tuvo otra que ir comprando a guardiacárceles, policías, directores y altas autoridades para ganar su tranquilidad y poder seguir dirigiendo sus negocios ilícitos dentro del penal.
También pasó a ser contrapeso del avance de la facción del Primer Comando Capital (PCC) hacia la capital, atendiendo a que ya cuentan con el control fronterizo tras la caída de varios de los capos de frontera.
Uno de los hechos que denotaba la rivalidad entre ambas facciones fue la masacre en la cárcel de San Pedro, donde varios integrantes del clan Rotela fueron decapitados por el PCC en el 2019. Debido a esto, se procedió a la separación de estos grupos por cárceles, evitando el contacto entre los mismos.
Lo cierto es que una gran cantidad de peces gordos han gozado de privilegios, celdas vips con todos los lujos, fiestas con alcohol y mujeres de por medio con el amparo de las autoridades a lo largo de los años. Es así que pasaron presos como Jarvis Chimenes Pavão que disponía de celdas y hasta un pabellón exclusivo para él.
Se estima que el clan Rotela movía G. 250 millones semanales, que era distribuido hasta a las más altas esferas.