Las fuerzas policiales y militares estaban listas para resistir entre 72 y 96 horas dentro de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, en el marco del plan estratégico de la Operativo Veneratio, que logró la recuperación total de un extraterritorio liderado por el Clan Rotela.
Esta información fue revelada por el comandante de la Policía Nacional, Carlos Benítez, durante una entrevista con Monumental 1080 AM.
“Cuando diseñamos una orden de operaciones vemos los pros y contras que se pueden tener, atendiendo que había información de que contaban con armas, municiones y explosivos”, señaló.
Ante este escenario, explicó que dependían de la dinámica que iba a tomar la operación al momento de la incursión, por lo que estaba en sus planes la posibilidad de que incluso durase tres o cuatro días.
“En el mejor escenario podíamos solucionarlo en un día, pero en el peor escenario íbamos a demorar unas 72 o 96 horas. Estaba dentro del plan de contingencia”, añadió.
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El jefe policial detalló que se trabajó con un plan y una orden de operaciones desde hace dos meses con el propósito de actuar con la mayor precisión posible.
Cuando las fuerzas militares y policiales “tuvieron clara la película”, así como todos los requerimientos del plan sobre la mesa, informaron al presidente Santiago Peña “de que estábamos listos para la operación”, de acuerdo con Benítez.
“Hemos manejado que esto era factible (proceder) hace 10 o 12 días (atrás)”, indicó.
Los agentes que realizaron la incursión estaban conscientes de que los reclusos contaban con armas de grueso calibre, explosivos (granada, dinamita en gel), armas blancas de diferentes tipos y armas contundentes.
“Tenían un arsenal disponible para aguardar la llegada de la unidad policial que tomó por asalto la unidad penitenciaria”, resaltó.
El comandante hizo hincapié en que se lograron dos grandes objetivos con la operación: la presencia del Estado y la recuperación del control absoluto del penal y descongestión de la unidad penitenciaria.
Por otra parte, se refirió al nombre de la operación y explicó que se eligió Veneratio porque “justamente se buscaba retomar el control por parte del Estado de este extraterritorio”, según sus palabras.
Otros objetivos se disputaban el monopolio de Tacumbú
Si bien Armando Javier Rotela era el principal objetivo de la operación, el comandante informó que había otros cabecillas que son parte del crimen organizado; no obstante, no dio nombres.
“No queremos ni vamos a dar entidad ni identidad a grupos criminales, pero hay varios elementos que se han disputado el control de la cárcel propiamente, el control de algunas zonas bajas y el monopolio y distribución de elementos”, expresó.
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Estos grupos se disputaban el monopolio de lo que es el control de la unidad penitenciaria; sin embargo, para las autoridades Armando Rotela “era el que manejaba con mucha fuerza los sectores de esta unidad penitenciaria”.
Con el operativo Veneratio, las fuerzas policiales y militares pudieron llegar al fondo de la penitenciaría, en donde estaba el bastión de resistencia más fuerte: el primer anillo del Clan Rotela.
“Las fuerzas policiales pudieron ingresar dificultosamente hasta el portón tres después de ir superando barricadas, apagando incendios, de recibir balazos de parte de la oposición, y hacia el fondo ya iban a cayendo fuerzas policiales”, describió.
En ese sentido, destacó el “valor, coraje, disciplina, decisión” del personal policial que consiguió, al final del día, una operación exitosa.
Rotela usó como escudo a una mujer embarazada
El plan de la operación se puso en marcha exactamente a las 05.00 de este último lunes y cerca de las 09.00 el penal quedó bajo control de la policía, de acuerdo con Benítez.
La última parada fue en el sector de La Jungla, donde se encontraba el líder del clan, Armado Javier Rotela.
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Antes de ser reducido por los agentes, Rotela intentó cubrirse con una mujer embarazada, dando a entender que le podía hacer algún daño si se continuaba con el plan, según Benítez.
“Cuando llega la Policía Nacional con sus elementos de fuerzas, él intenta cubrirse con una mujer embarazada, dando a entender que él iba a ocasionarle daños a esta mujer, pero la cantidad fue tan abrumadora que él desistió de esa actitud”, reveló.
Los agentes fueron recibidos con armas que anteriormente se utilizaban en los cuarteles.