En la oposición, tanto en el Senado como en Diputados, no abrigan muchas esperanzas con relación al gobierno de Santiago Peña, y creen que será manejado por el ex presidente Horacio Cartes.
Además, siguen denunciando el copamiento y el atropello al Congreso, incluso antes de asumir, para llevar adelante los proyectos de leyes que son de su interés.
También hubo reclamos porque alegaron que fueron “ninguneados” durante el discurso del mandatario.
El primer llamado de atención, por parte del senador liberal Eduardo Nakayama, fue que el juramento del nuevo presidente no se realice en el Congreso, como lo establece la Constitución Nacional.
“Lo más urgente, la principal deuda que se tiene en estos últimos años es la reducción de la pobreza”, comentó el parlamentario.
“Aquí comenzamos con mucha incertidumbre, con mucho temor un gobierno que antes de asumir ya ha atropellado al Parlamento con sus leyes de supuesta modernización, y se viene una agenda realmente de restricciones”, sostuvo Esperanza Martínez, del Frente Guasu.
“Sobre todo, un gobierno que viene a copar los tres poderes del Estado, en un país donde la Justicia es necesaria para combatir el narcotráfico, el lavado de dinero, todos los negocios irregulares”, indicó.
“Estamos ante una situación política y social compleja, con un gobierno que no tiene autonomía, que depende de la calle España, y que va a ser muy difícil su agenda de transformaciones, si no quiere hablar con la gente. No quieren hablar con la gente”, acotó.
Por su parte, la diputada de País Solidario, Johanna Ortega, sostuvo que Cartes “va a gobernar desde fuera del Palacio de López”.
“Tenemos un presidente que viene de la mano de Horacio Cartes, que fue su empleado en los últimos años, y sus medidas de antes de asumir el cargo ya dan cuenta de una continuidad de los cinco años de gobierno de Horacio Cartes”, advirtió.
“Santiago Peña es el presidente del 24% de los paraguayos, y hoy mismo están sucediendo manifestaciones de disconformidad a su gobierno”, apuntó, y remarcó que no debería dar la espalda a la ciudadanía.
Puso como ejemplo el caso del intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto, quien había liderado una de las más grandes movilizaciones, y que al final fue imputado.
A su criterio, Peña es “un gerente más” del presidente del Partido Colorado.
Además, hizo referencia a la derogación del convenio con la Unión Europea, calificando como un desacierto poner condicionamientos.
“Es un desacierto poner condicionamientos cuando somos nosotros los primeros en decir que no queremos condiciones”, sostuvo.
“A mí, particularmente, me hubiera gustado que haga mención de los sectores de oposición, dada su importancia en el contexto de la democracia”, cuestionó el diputado liberal Pastor Vera Bejarano, sobre el “ninguneo” en el discurso presidencial.
“Esperamos que no utilice la influencia ni a su sector político para la prepotencia política que hace mucho daño a la democracia”, alegó.
“Esperamos que pueda conducir a la nación dentro del marco del respeto a las minorías, a los partidos de oposición, y pueda lograr el desarrollo del país; por sobre todo que no excluya que es el gran problema (...), la intolerancia política”, concluyó.