NACLA es la organización estadounidense que el martes publicó un reportaje titulado Inside Paraguay’s Coronavirus Shelters (Dentro de los refugios de coronavirus de Paraguay) escrito por Paola Canova, una compatriota que se sometió a la cuarentena obligatoria en uno de los albergues de Paraguay.
Tras recibir su alta articuló una red de repatriados para ayudar a denunciar las condiciones inadecuadas que se viven en los refugios temporales.
La autora recogió cuatro testimonios, además del suyo, para describir la dura realidad que muchos connacionales atraviesan al ser confinados en los refugios administrados por el Gobierno Nacional durante la pandemia del Covid-19.
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Señaló que el “éxito preventivo” de Paraguay tiene un “alto precio” para los connacionales que regresan al país. En este sentido, debido a que se exponen al hacinamiento, el saneamiento deficiente, la atención médica inadecuada y los retrasos en las pruebas “para propagar el virus, en lugar de contenerlo”.
Comenzó por la historia de Nelson (20), quien durmió tres noches en el paso fronterizo del Puente de la Amistad desde el 28 de marzo, porque las fronteras estaban cerradas. El Poder Ejecutivo había adoptado esa medida cinco días antes de su llegada para evitar la propagación del coronavirus.
Desde entonces se dispuso que todos los que ingresaban del extranjero debían guardar cuarentena obligatoria por un periodo de 14 días en albergues civiles o militares designados por el Gobierno.
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Siguiendo con el caso del joven, en su grupo, 90 resultaron positivos al test en el último día de confinamiento, por lo que él y todo el grupo debieron aguardar otros siete días más para una nueva revisión. En su caso denunció que “rara vez” las pruebas eran entregadas formalmente.
Otros testimonios que abordó NACLA fue el de Andrea, que dio positivo y se negó a abandonar el refugio en el que estaba; de Gabriel, que trabajó en una fábrica en São Paulo, Brasil, y de Luisa, una madre que dio positivo y dijo que sus hijos hambrientos solo bebían leche porque servían el almuerzo a las 15.00.
“La mayoría de estas instalaciones no cumplen con los protocolos de Salud Pública para garantizar el distanciamiento social y el acceso a la atención médica. Grupos de hasta 160 personas se alojan en habitaciones con literas muy cerca y los espacios compartidos no permiten una distancia física adecuada”, citó la autora.
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Asimismo, refirió que los baños compartidos y la falta de acceso básico a artículos de limpieza, artículos de tocador y máscaras “amenazan la seguridad de las personas”. En este sentido, contó que hubo ocasiones en que el personal médico evitó ingresar a los sitios por completo, prefiriendo brindar atención al aire libre.
El Centro de Coordinación Interinstitucional del Gobierno sostiene que desde el 23 de marzo al 22 de mayo, 51 albergues fueron habilitados, ahora se incorporaron también los Hoteles Salud, que son seis; 3.821 connacionales fueron albergados, de los cuales 2045 recibieron el alta con test negativo.
Un alto porcentaje de casos de coronavirus están concentrados en los albergues, que supera los 570 positivos activos, y 60 recuperados.