Xiang Xiang nació en junio del 2017 en el zoológico tokiota de Ueno de una pareja de pandas prestados por China, que mantiene la propiedad sobre los oseznos que nacen en otros países, informó la agencia oficial Xinhua.
La partida de la osa, el primer panda nacido en Ueno en casi tres décadas, ha concitado una gran atención mediática y congregó en el aeropuerto capitalino de Narita a cientos de admiradores que quisieron despedirse del adorable animal.
Hasta en la rueda de prensa diaria del Ministerio chino de Exteriores hubo referencias al regreso de Xiang Xiang: “Es un importante resultado de la cooperación entre China y Japón en la protección e investigación sobre los pandas, y una adorable enviada especial para promover los intercambios amistosos entre nuestros países”, dijo el martes el portavoz Wang Wenbin.
También avanzó que Tokio y Pekín mantendrán esta línea de cooperación y animó a los japoneses a viajar a China para visitar a la osa, cuyo regreso estaba previsto para 2020 pero fue pospuesto por la pandemia del coronavirus.
“Esperamos que Japón trabaje con nosotros para construir una relación bilateral acorde a los requerimientos de esta nueva era”, agregó el vocero.
Está previsto que en breve retornen desde Japón otros tres osos panda: Yong Ming, Ying Bin y Tao Bin, según la Embajada china en ese país.
El año pasado se cumplieron 50 años del establecimiento de la “diplomacia de los pandas” por parte de China, usada por el gigante asiático en el último siglo para mostrar “acercamiento, molestia o equilibrar ventaja”, según Linza Zhang, autora del informe “Pandas: los diplomáticos más famosos de China”.
Su cesión a otros países suele producirse después de la firma de acuerdos comerciales de gran envergadura, iniciativas diplomáticas de calado o pronunciamientos sobre Tíbet o Taiwán a favor de la postura china.