“He viajado a Chile para hacer promoción de la serie cuando en España apenas he pisado programas de televisión ni he tenido actos promocionales. Estoy encantado y alucinado”, dijo García en declaraciones a Efe.
El actor admitió que la serie no ha alcanzado en España la misma repercusión que en los países latinoamericanos, algo a lo que no le encuentra explicación y se limita a apuntar que “nadie es profeta en su tierra”.
“Me lo he preguntado muchas veces y no lo sé (...) En España ha gustado, pero a nivel general no ha sido lo mismo que en América Latina”, explicó.
Oslo, su personaje en La casa de papel, es un rudo mercenario serbio que forma parte de la banda de atracadores que asalta la Fábrica de Moneda y Timbre de España.
El desembarco de la serie en la plataforma digital Netflix la convirtió en un éxito internacional y en la producción más vista en habla no inglesa de la plataforma, que emitirá en exclusiva para sus clientes la tercera temporada en 2019.
Para Roberto García, la llegada de La casa de papel a Netflix fue el “trampolín” que la serie necesitaba para convertirse en un fenómeno mundial.
“La serie la teníamos en España, pero si no la compraba una empresa como Netflix no se hubiera conocido. De hecho, nadie imaginaba, ni Netflix, lo que podía llegar a ser, se le ha escapado de las manos a todo el mundo”, apuntó.
Roberto García, de 44 años, admite que llegó al mundo de la interpretación “de rebote”, cuando tuvo que dejar el cuerpo policial de la Guardia Civil de España después de 21 años de servicio por problemas en la vista.
“Un tribunal médico me jubiló, tuve que buscar salidas y ahí es donde apareció la interpretación, que me venía gustando desde antes pero por mi trabajo no podía dedicarle tiempo”, señaló el actor, que también es propietario de un gimnasio en Valdemoro, una localidad cercana a Madrid.
Reconoce que le gustaría dedicarse a tiempo completo al cine y la televisión, aunque está “muy limitado” por su físico, que a menudo solo encaja con el papel de matón o guardaespaldas.
“Mi físico en España no vende. Soy un tipo de 115 kilos, con barba y cresta. No soy el típico español, soy el ‘antiguapo’ del cine y las series españolas”, concluye.