Tras 18 meses de investigación, el organismo, que ejerce de regulador de las asociaciones de beneficencia británica, publicó un informe que concluye que existía una “cultura de mal comportamiento” en Oxfam.
La organización no solo no hizo caso de las advertencias expresadas por su propio personal de que se estaban llevando a cabo prácticas que no cumplían con los estándares de la ONG, sino que tampoco llevó a cabo las promesas que hizo al destaparse el escándalo.
En concreto, no investigó de forma diligente las denuncias de que niños y niñas de doce y trece años fueron víctimas de una conducta sexual indebida por parte de directivos de la organización, que desplazó una misión a Haití en enero de 2010 para hacer frente al terremoto que dejó más de 300.000 muertos.
De acuerdo con el informe, la ONG tampoco informó de las denuncias de maltrato infantil por parte de miembros de su personal en Haití, no abordó de forma “completa y franca” los hechos denunciados y otorgó un trato indulgente a directivos involucrados en el escándalo de contratación de trabajadores sexuales.
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Para la presidenta ejecutiva de la Comisión de Beneficencia, Helen Stephenson, lo que pasó en Haití “no sucedió de manera aislada”.
“Durante un periodo que duró años, la cultura interna de Oxfam toleró el mal comportamiento y, en ocasiones, perdió de vista los valores que representa”, afirmó.
La investigación interna que Oxfam llevó a cabo en 2011 a raíz de las denuncias de abuso sexual de dos niñas de doce y trece años no pudo concluir si hubo menores involucrados en estos incidentes.
Estas indagaciones internas en 2011 se saldaron con tres renuncias y cuatro despidos, entre ellos el de un trabajador que poco después volvió a ser contratado para una misión en Etiopía.
Oxfam aceptó los resultados del informe y reconoció que lo que sucedió en Haití fue “vergonzoso”.
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La presidenta de la ONG en el Reino Unido, Caroline Thomson, afirmó que lo sucedido en el país caribeño “fue un terrible abuso de poder y una afrenta a los valores que Oxfam representa”.
“Ahora sabemos que la investigación y los informes de lo que sucedió en Haití en 2011 tuvieron fallos; se debería haber hecho más para establecer si los menores estaban involucrados”, lamentó.
Tras conocerse este tipo de conductas del personal de Oxfam, Haití prohibió que la ONG operara dentro de sus fronteras y miles de afiliados suspendieron sus donaciones.