Ana quedó ayer sin tratamiento porque no tiene recursos económicos para adquirir el fármaco que tiene un costo promedio de G. 35 millones.
Emilia Rosa (66) llegó hasta el último día a las sesiones de quimioterapia con su propio kit de guantes, jeringas y hasta suero —un gasto particular—, debido a las falencias. El día de la sesión número 16, la última, tuvo que comprar el medicamento oncológico de G. 550.000 para el tratamiento del cáncer de mama. Hace 14 días fue su cirugía, en la cual gastó en insumos casi G. 1.000.000.
Al igual que ambas pacientes, Felicia Venialgo (58), con cáncer de hueso, debe hacer uso de recursos propios, porque a veces hay medicamento y otras no. Ella, debido a la enfermedad, requiere semanalmente sesiones de quimioterapia de por vida. Aparte de sufrir los dolores, sufre por el desabastecimiento de los remedios.
“El cáncer no espera”, gritó Liz Cáceres, vocera de la Asociación de Pacientes con Cáncer del IPS. Denunció el desabastecimiento de nueve ítems y que otros cuatro están con stock crítico.