Francisco Rabaneda y Cuervo, más conocido como Paco Rabanne y nacido el 18 de febrero de 1934 en la localidad española de Pasajes, en el País Vasco, falleció este viernes a los 88 años en su vivienda, ubicada en el noroeste de Francia, según confirmaron fuentes de la firma de moda que fundó.
Bautizado por Coco Chanel como el “metalúrgico” de la moda, Paco se labró un lugar especial en el selecto mundo de la moda, armado simplemente con unas pinzas y planchas de metal. Adepto al esoterismo, Rabanne también se hizo un nombre a través de sus declaraciones excéntricas.
“Me gusta el esoterismo desde mi más tierna infancia. Mi madre era muy pragmática, pero mi abuela era chamán, me inició muy pronto en el conocimiento del mundo. La moda me permitió ganarme la vida, pero no era realmente mi centro de interés”, explicaba en una entrevista en 2005.
Nacido Francisco Rabaneda-Cuervo el 18 de febrero de 1934 en San Sebastián, su madre trabajó como costurera para Cristóbal Balenciaga.
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Su padre, el general Rabaneda-Postigo, estaba a cargo del cuartel militar de Guernica durante la guerra civil española y fue fusilado por las tropas franquistas en 1936. En 1939, la familia buscó refugio en Francia.
Rabanne estudió y se diplomó en Bellas Artes en París (sección arquitectura). Empezó diseñando accesorios, joyas, corbatas y botones para Dior, Saint-Laurent o Cardin. Luego decidió lanzarse por su cuenta al mundo de la moda, con la idea de introducir nuevos materiales y técnicas.
En un desfile que causó sensación en 1966 presentó 12 vestidos hechos “con materiales contemporáneos”. El show, provocador, presentó por primera vez en la pasarela modelos negras, que bailaban con los pies desnudos. Sus primeros vestidos metálicos pesaban más de 30 kg.
En 1968, Paco firmó un contrato con la marca de perfumes española Puig y lanzó “Calandre”. En 1986, Puig, que ya tenía en su haber las marcas Nina Ricci o Carolina Herrera, así como los perfumes de Prada y Comme des Garçons, compra la totalidad de la casa Rabanne.
Incursión en el cine
El costurero trabajó igualmente para el cine. Se encargó del vestuario de películas como Dos o tres cosas que sé de ella, de Jean-Luc Godard, o Barbarella, de Roger Vadim.
Paco Rabanne creía en la reencarnación, y aseguraba que había tenido otras vidas en el pasado, entre ellas la de una prostituta amante del rey Luis XV. También manifestó en su momento que había visto a Dios, y que había recibido la visita de extraterrestres.
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En 1999, anunció en uno de sus libros la destrucción de París a causa de la caída de la estación espacial Mir, apoyándose en una lectura muy personal de las profecías de Nostradamus.
Ese mismo año, la casa abandonó su actividad en la alta costura para centrarse en el prêt-à-porter (confeccionado en serie según unas medidas o tallas predeterminadas que se acomodan a un gran número de personas).
Poco a poco, Paco Rabanne se alejó del diseño, pero siguió apegado al mundo de la moda, formando parte de jurados de festivales, donde le gustaba dirigirse a las generaciones más jóvenes.