La imagen de unos cuerpos que indignó al mundo. Un padre y su hija de menos de dos años perdieron la vida al intentar cruzar el río Bravo cerca de la ciudad mexicana de Matamoros, según informó la esposa y madre de los fallecidos a las autoridades.
La tragedia ocurrió el domingo en la ciudad de Matamoros, en el nororiental estado mexicano de Tamaulipas, aproximadamente a un kilómetro del puente nuevo internacional. Tania Vanessa Ávalos –esposa y madre de los fallecidos que logró ser rescatada– dijo a las autoridades que el agua se llevó primero a la niña y fue su padre quien salió en su ayuda, pero ambos fueron llevados por la corriente del río y desaparecieron.
Miembros de la Secretaría de Marina, de la Policía Estatal y personal de Bomberos iniciaron la búsqueda de los cuerpos de manera inmediata sin obtener resultados positivos. La familia de migrantes era originaria de El Salvador y estaba conformada por Tania Vanessa Ávalos, Óscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años, y por la menor Valeria de un año y 11 meses.
Llegado a esta ciudad mexicana para pedir asilo político en EEUU. Sin embargo, ante la desesperación por la lentitud en los trámites decidieron junto con otros migrantes cruzar el río Bravo, según señaló la mujer. El lunes 24 de junio, a las 10.00 local, los cuerpos sin vida del padre y de la hija fueron localizados por autoridades estatales, militares y personal de Protección Civil.
El hallazgo tuvo lugar en las orillas del río, entre unas ramas y a unos kilómetros del puente internacional de Matamoros que une esta ciudad con Brownsville (Texas).
recuerdo de AYLAN. Encuadró, enfocó y capturó. A Nilufer Demir, una fotógrafa de Reuters, apenas le llevó unos segundos conseguir aquella fotografía que en 2015 dio la vuelta al mundo. Pocas veces unas imágenes se convirtieron en tan brutal carga de denuncia social capaz de remover las conciencias del planeta: El cuerpo del pequeño Aylan Kurdi postrado sobre una playa turca, como símbolo de la tragedia de quienes arriesgan sus vidas para alcanzar suelo europeo. La historia está en las hemerotecas y en la memoria reciente de muchos porque, pese a todo, la ola de indignación y las declaraciones grandilocuentes que recorrieron el mundo no tuvieron efectos deseados.
Desde entonces, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones, más de 500 menores han muerto ahogados en el Mediterráneo en un intento de alcanzar las costas europeas. Igual que Aylan, igual que su familia, igual que las miles de personas que desde 2014 embarcaron en pequeños botes para perder la vida en la ruta migratoria más mortífera del mundo.