AFP
ESTOCOLMO
El prestigioso el Premio Nobel de Medicina fue otorgado a la bioquímica húngara Katalin Karikó y al investigador estadounidense Drew Weissman por sus descubrimientos sobre el ARN mensajero que abrieron la vía para el desarrollo de las revolucionarias vacunas contra el Covid-19.
Los científicos “contribuyeron al desarrollo a un ritmo sin precedentes de una vacuna durante una de las mayores amenazas para la salud de la humanidad en los tiempos modernos”, indicó el jurado.
Al elegir a estos investigadores, que estaban en la lista de favoritos, el Comité del Nobel en Estocolmo rompió con su tradición de reconocer trabajos con varias décadas de trayectoria.
TRABAJO EN EQUIPO. Karikó, de 68 años, y Weissman, de 64 años, trabajan juntos en la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, y ya ganaron varios galardones por sus investigaciones, incluyendo el premio Lasker Award, considerado un precursor del Nobel.
También ganaron el Premio Princesa de Asturias en 2021, que compartieron con otros científicos.
La tecnología premiada este lunes data de 2005, pero las primeras vacunas que utilizaron ARN mensajero fueron desarrolladas por Pfizer/BioNTech y Moderna contra el Covid-19 durante la pandemia. Desde entonces, se han inyectado miles de millones de dosis todo el mundo.
A diferencia de las vacunas tradicionales que usan virus debilitados o piezas de proteínas de virus, la técnica del ARN mensajero utiliza moléculas que indican a las células qué proteínas producir.
Este proceso simula una infección y esto entrena al sistema inmune para cuando se enfrente a un virus verdadero.
EXPERIMENTO. Esta idea fue demostrada por primera vez en 1990, pero no fue hasta mediados de 2000 cuando Weissman y Karikó desarrollaron una forma de controlar la respuesta inflamatoria que sufrían los animales en los experimentos y esto abrió la vía al desarrollo de vacunas seguras para los humanos.
Para Karikó, la 13ª mujer en ganar el galardón de Medicina, el Nobel recompensa años de trabajo como investigadora en la sombra y todos sus esfuerzos para convencer a sus superiores del interés de estudiar el ácido ribonucleico mensajero.
Karikó dijo a la radio sueca SR que al principio no se creyó la noticia del Nobel y siguió en directo la ceremonia con emoción.
Weissman confesó que pensó que se trataba de una broma cuando su colega “Katie” le comunicó la noticia.
“Nos preguntamos si alguien nos estaba gastando una broma”, dijo a AFP.
La temporada del Nobel sigue hoy con el galardón de Física y el miércoles con el de Química.
Los ganadores de este año recibirán 11 millones de coronas (un millón de dólares).