“Cuidado con los muertos” es una advertencia que no surge precisamente de una serie de televisión, sino de la misma Justicia Electoral, en su cuestionamiento hacia la ley de inscripción automática. Se estima que podrían ingresar al padrón alrededor de 300.000 personas fallecidas debido a esta normativa, para las elecciones municipales del 2026.
Esta era una de las preocupaciones que fue reflejada en la reforma electoral, en la que se proponía una solución, pero que quedó frustrada porque el ministro César Rossel decidió no presentar por “motivos políticos”. El actual presidente del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) temía que en este escenario su proyecto, que solo contenía cuestiones técnicas, sea modificado bajo otros intereses.
Desde la institución se plantea que la inscripción automática se concrete solo para las personas que tienen una cédula vigente, ya que con la actual legislación, se establece que todos los ciudadanos que alguna vez obtuvieron el documento, deberán ingresar directamente al padrón.
El problema es que en Paraguay se emite cédula de identidad desde 1923; por tanto, todas las personas que contaban con el documento desde ese año serán inscriptas de forma automática. Carlos María Ljubetic, director de Procesos Electorales del TSJE, advierte que la mayoría de la población de esa década podría a estas alturas haber fallecido. “Vamos a llenar de muertos el padrón”, alertó.
El trámite para eliminar a los fallecidos de la base de datos no es fácil, ya que solo se los puede sacar cuando se accede al certificado de defunción. No se puede hacer un cruzamiento del Registro Civil y el padrón electoral porque los sistemas no están digitalizados; por lo tanto, el trabajo es manual.
Además, no siempre se podrá obtener el certificado, ya que es necesario primero encontrar el libro. “No sabemos dónde está el libro, si está conservado, si la persona murió en el exterior, si se registró realmente su muerte”, manifestó Ljubetic.
Igualmente, el TSJE se prepara para ese operativo, que se dará en caso de que no haya ninguna iniciativa legislativa al respecto. La institución deberá procesar todos los certificados de defunción luego de que sean retirados del Registro Civil.
La Justicia Electoral de todos modos realiza mensualmente una actualización, ya que recibe del Registro Civil los certificados de defunción del mes para depurar el padrón. El inconveniente es que, en este caso, se tendrá que trabajar con los documentos desde 1923, por la inscripción automática, y van a ingresar unas 700.000 personas, vivas o muertas, por lo que se deberán revisar todos los registros.
“Es un trabajo enorme e impreciso porque no podemos saber todo; por ejemplo, el que falleció en el exterior, porque no tenemos el certificado, los libros que comieron las cucarachas, que desaparecieron o les agarró la humedad, esos no van a poder salir del padrón”, resaltó el experto.
CÉDULA VIGENTE. Poner como condición la cédula vigente es un filtro importante para los autores de la reforma electoral. El voto actualmente puede realizarse, aunque la identificación no esté actualizada. Fue una concesión realizada para que nadie tenga dificultad para ejercer su derecho a votar.
“Pero la verdad es que están votando con un documento que no tiene valor. Votar con la cédula vigente es un filtro para evitar muertos, pero el principal filtro es que la inscripción sea con cédula vigente, entonces les vamos a inscribir solo a los que en los últimos 10 años sacaron cédula, y nos vamos a salvar de estar buscando certificados de defunción de los que nacieron en 1927, por ejemplo”, apuntó Ljubetic.
En la modificación que se espera se realice, el TSJE quiere que se indique que solo los mayores de 32 años que no fueron afectados por la inscripción automática, sean los que se acerquen a solicitar su inscripción. Con ello, además de evitar el ingreso masivo de muertos, se podrá contar con la dirección actual de los ciudadanos.