El Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP), principal grupo rebelde islamista del país, reivindicó el ataque de ayer en el aeropuerto de Karachi, que se asemejó más bien a una advertencia. El TTP precisó que este segundo ataque fue una operación de represalia, después de que Pakistán bombardeara en la mañana del martes un distrito tribal considerado un bastión de los insurgentes, matando al menos 15 personas.
El TTP también había reivindicado la autoría del primer ataque a este aeropuerto, un asalto de doce horas en el que murieron 37 personas, entre ellas diez asaltantes.
Este primer ataque mostró, según analistas, el fracaso de la estrategia del gobierno del primer ministro Nawaz Sharif que propuso en los últimos meses comenzar un diálogo de paz. Una parte de la sociedad pide que no se hagan concesiones al TTP y que se lance una ofensiva militar amplia en su bastión, la zona tribal de Waziristán del Norte, para neutralizar al grupo rebelde. Pero, hasta el momento, el ejército se ha negado y prefiere responder a los ataques de los rebeldes con bombardeos centrados en las zonas tribales. AFP