El estudio “Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe 2020” reveló que los ingresos fiscales en la región llegaron en 2018 a una media del 23,1% del Producto Interior Bruto (PIB), el nivel más alto jamás registrado y lo que supone un aumento del 0,4% con respecto al año anterior.
En tanto, la carga impositiva está por debajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) -integrada por países más ricos-, que en 2018 fue del 34,3%.
“La generación limitada de ingresos tributarios en Latinoamérica restringe el espacio para el gasto en servicios públicos, incluida la salud, y plantea cuestionamientos sobre cómo se financiarán las medidas de protección social para responder a la pandemia”, advirtió la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La pandemia, que ya provocó más de 3,7 millones contagios y más de 264.000 muertes en el mundo, generará la peor recesión en la historia de Latinoamérica, que se contraerá un 5,3% en 2020 por el parón del comercio y el turismo, además del bajo precio de las materias primas, según la CEPAL.
Mirando al futuro, agregó el organismo de la ONU, “será necesario que las economías de la región fortalezcan el papel de los sistemas tributarios para estimular el desarrollo inclusivo y encauzar sus finanzas públicas hacia una base más sostenible”. El promedio de la proporción entre la recaudación tributaria y el PIB aumentó de forma casi constante en la región entre 1990 y 2018, pasando del 15,9% al 23,1%. EFE