“Estoy convencido de que la catolicidad de la mente, del corazón y de las manos, promovida por sus universidades y su asociación, puede contribuir de manera decisiva a la sanación de las heridas dolorosas que ofenden a nuestra amada América Latina, donde los ricos se vuelven cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres”, dijo.
El Pontífice se refirió a “la realidad de nuestra América Latina”, donde “la pobreza y la desigualdad son una llaga que se profundiza en lugar de aliviarse”, recordando que “la pandemia y sus consecuencias, el contexto mundial agravado en lo político, económico y militar, así como la polarización ideológica, parecen cerrar las puertas a los esfuerzos de desarrollo y anhelos de liberación”.
“La presente crisis no es solo una oportunidad para constatar el agotamiento de sistemas y modelos económicos, sino que mueve a superar soluciones prejuiciosas como las que alimentan los esquemas de polarización ideológica, emocional, política, de género y de exclusión cultural”, añadió citando un texto del Centro para las Investigaciones Sociales Avanzadas (CISAV) sobre la región.
En su discurso a los miembros de la ODUCAL les dijo que su tarea es contribuir a formar mentes católicas, capaces de observar no solo el objeto de su interés. Una mirada extremadamente precisa y focalizada puede volverse fija, fijada y excluyente. Tiene la precisión de un radar, pero pierde el panorama. Ser “católico” significa tener una visión panorámica sobre el misterio de Cristo y del mundo, sobre el misterio del hombre y de la mujer”.
“Necesitamos mentes, corazones, manos a la altura del panorama de la realidad”, insistió.
Y les instó a “alimentar el fuego encendido por Dios en América Latina”, en lo que “ayudará también el Pacto Educativo Global, que he confiado a la entonces Congregación para la Educación Católica y ahora al nuevo Dicasterio para la Cultura y la Educación”.
Se trata de una iniciativa “no sólo educativa, sino también cultural”, que “contribuirá de manera significativa” a la misión de la universidad de “formar poetas sociales, hombres y mujeres que, aprendiendo bien la gramática y el vocabulario de la humanidad, tienen chispa, el destello que permite imaginar lo inédito”, hacer “exploradores del futuro” y “preparar coreógrafos sociales”.
La ODUCAL, que está integrada por 115 universidades, lo que representa actualmente a 1,5 millones de alumnos, más de 110.000 profesores y de 5.000 programas académicos de diferentes niveles, es la organización más numerosa dentro de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC).