“La realidad de hoy en el mundo está marcada por la enfermedad, la pandemia que se llevó a millones de personas en todo el mundo, y con ella el dolor, el sufrimiento y la ausencia. Y también en tantas partes del mundo, el hambre y pueblos enteros sometidos al exilio”, sostuvo el papa Francisco en la víspera del día en el que los católicos conmemoran la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles.
Sin olvidar “la guerra, guerra entre hermanos, guerra entre cristianos, como es el caso de, en este momento, la invasión a Ucrania. También es uno de los ejemplos de esta guerra en todo el mundo: la situación en Yemen, el martirio del pueblo rohinya y la particular situación del Líbano, entre otros”.
“Y frente a este mundo desgarrado, la paz empieza en las familias, en las relaciones interpersonales, interraciales, en las relaciones entre cristianos y con miembros de otras religiones. La paz comienza en al amor al enemigo, al que no piensa como yo. Solos no podemos, con el Espíritu Santo sí podemos”, sostuvo el sumo pontífice.
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“El odio parece haberse enseñoreado del mundo ahora. Pero hay una fuerza más poderosa que el odio, es la fuerza del amor”, dice el papa Francisco, que asegura que la paz empieza “de a poquito, uno más uno. La cultura de la paz, que debemos difundir, comienza así”.
Y concluye: “Los Jefes de Estado trabajarán o no por la paz y serán juzgados por la historia. A cada uno de nosotros nos toca difundir el amor y vencer el odio con nuestras acciones diarias. Y nuestros hijos aprenderán a vivirlo y nuestros nietos aprenderán de ellos, y así podremos hacer algo para que el mundo cambie”.