“He sabido con dolor que hubo víctimas durante las protestas surgidas en los últimos días en Kazajistán”, dijo el papa Francisco, que aseguró que “ora por ellas y por sus familiares” al término del rezo del ángelus dominical, ante las varias decenas de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
Varias decenas de personas, incluidos 18 policías, murieron en las mayores protestas en 30 años de independencia, según las autoridades, a los que hay que sumar más de cuatro mil detenidos.
“Deseo que se reencuentre lo antes posible la armonía social a través de la búsqueda del diálogo, de la justicia y del bien común”, añadió el Pontífice, quien confió “la protección del pueblo kazajo a la Virgen Reina de la paz de Oziornoje”.
Las protestas estallaron a principios de año de manera pacífica, debido a la subida de los precios del gas, pero desembocaron en violentos disturbios en varias ciudades del país más rico de Asia Central.
El papa Francisco bautizó a 16 niñas y niños en la Capilla Sixtina
El papa Francisco destacó este domingo la importancia del bautismo, un sacramento por el que se concede la “identidad cristiana”, que debe ser “protegida todos los días”, durante la ceremonia en la que bautizó a 16 niños y niñas que llenaron de llantos la Capilla Sixtina.
Esta ceremonia, cargada de ritos, rememora el bautizo de Jesús en las aguas del río Jordán y es una de los pocas que tienen lugar en la Capilla Sixtina de la Basílica de San Pedro del Vaticano, bajo los frescos de Miguel Ángel y donde se celebran los cónclaves para elegir al Papa.
El Pontífice pidió a los padres de los bautizados, empleados del Estado Vaticano, que “protejan la identidad cristiana” recibida este domingo por sus hijos, que es “una labor que hay que hacer todos los días”.
“Estos niños vienen aquí a recibir la justificación de Dios, la fuerza de Jesús, la fuerza de andar hacia adelante en la vida, vienen a recibir la identidad cristiana sencillamente”, dijo Francisco en una breve homilía que pronunció de manera improvisada y en la que se dirigió especialmente a los padres y padrinos de los niños.
A ellos —destacó— les corresponde “proteger esa identidad”. “Es el trabajo de ustedes durante sus vidas una labor de todos los días, para hacerles crecer con la luz que reciben este domingo: ese es el mensaje” de esta ceremonia en la Fiesta del Bautismo del Señor, añadió.
El Papa también quiso tranquilizar a los padres para que no se preocuparan si los pequeños, 9 niñas y 7 niños, estaban incómodos porque “es una ceremonia un poco larga y se sienten extraños en un ambiente que no conocen”, al tiempo que les pidió que les dejaran si comenzaban a llorar o gritar: “Comenzará uno y seguirán los demás”, bromeó.
“Lo importante es que se sientan bien y si tienen hambre amamantadlos, no os preocupéis”, dijo, invitando a las madres a darles el pecho entre los altos muros de la Capilla Sixtina, bajo los bellísimos frescos del Juicio Final, de Miguel Ángel.
Durante la ceremonia, que comenzó con la señal de la cruz realizada por el Papa a los bebes, estos recibieron la unción en el pecho por parte de los dos concelebrantes: el limosnero apostólico, el cardenal polaco Konrad Krajewski, y el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el obispo español Fernando Vérgez.
Luego tuvo lugar la administración del bautismo, cuando se derrama el agua sobre la cabeza de los pequeños, que también fue realizada personalmente por el Papa en la pila bautismal, mientras los pequeños no paraban de llorar. “Ahí está toda la banda”, volvió a bromear Francisco.
Posteriormente, a los niños se les vistió con una túnica blanca, símbolo de la nueva vida tras el bautismo, y después cada padre se acercó al cirio pascual situado cerca del Papa para encender una vela por cada bautizado, a quienes los concelebrantes tocaron la boca y las orejas en el último de los ritos de esta larga ceremonia, tras la cual Francisco se acercó a departir con los padres.