A las 23h00 (locales y GMT), medianoche en la Europa continental, el Reino Unido se convirtió en el primer país que abandona el bloque europeo, entre los gritos de "¡libertad!” de los partidarios del Brexit y la tristeza de sus detractores.
“Esto no es un final sino un comienzo”, dijo el primer ministro Boris Johnson en un mensaje a la nación difundido una hora antes. “Sé que podemos convertir esta oportunidad en un éxito impresionante”, agregó el hombre que, poniendo fin a años de crisis política que acabó con la carrera de sus dos predecesores, David Cameron y Theresa May, se apunta una enorme victoria personal.
“Queremos que este sea el comienzo de una nueva era de cooperación cordial”, aseguró Johnson, quien organizó una recepción en su residencia con vino espumoso británico y pequeños bocados de gastromonía puramente inglesa.
JÚBILO Y LÁGRIMAS. Un marea humana de partidarios del brexit celebraba una gran fiesta frente al Parlamento de Westminster, que durante tres años fue escenario de acalorados debates sobre la cuestión más importante y divisiva en la historia reciente del país. “La UE es una estafa, fue una estafa desde que entramos y estoy muy contento de que nos vayamos”, dijo Wayne Green, celebrando un retorno a la plena soberanía.
Algunas personas quemaron una bandera europea, en un pequeño ovillo en el suelo. A pocos metros, los detractores del brexit, entre ellos jóvenes que no votaron en el referéndum de 2016 y ahora ven su futuro truncado, vertían sus lágrimas. “Siento pena, tristeza. Es muy, muy terrible que esto esté sucediendo”, decía Katrina Graham, de 31 años.
Mucho llovió desde que el 52% de los británicos votó por abandonar la UE, pero, según una encuesta publicada esta semana, solo 30% de los proeuropeos completó el duelo sicológico de esta ruptura. La canción más descargada esta semana en el Reino Unido fue el himno europeo. El momento se vivió especialmente mal en Escocia, que votó mayoritariamente contra el brexit. “Esta tristeza está llena de ira”, afirmó en Edimburgo su primera ministra, Nicola Sturgeon, prometiendo hacer todo lo posible para lograr un nuevo referéndum de independencia y reintegrarse al bloque europeo.
ESPLÉNDIDO AISLAMIENTO. Retomando un término que definía la política exterior británica en el siglo XIX, cuando se mantenía al margen del continente europeo, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, advirtió de los riesgos de este espléndido aislamiento. A partir de ahora, Johnson tendrá por delante la difícil misión de negociar tratados comerciales con la UE, pero también con EEUU, su gran baza para reemplazar a su principal socio comercial. “Ahora podrán hacer las cosas de forma diferente”, afirmó el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, apuntando a los enormes beneficios de esta nueva libertad. Pero las negociaciones no serán fáciles: Washington presionará para que Londres sea más laxo en materia de salud o medioambiental.
Fiesta en el pueblo inglés de Morley
El primer ministro británico Boris Johnson hizo realidad lo que parecía imposible y los habitantes de Morley, bastión probrexit en el norte de Inglaterra, decidieron festejarlo con fuegos artificiales y la música del Dios Salve a la Reina. “Esta noche es mi gran fiesta del Brexit”, decía Andrea Jenkyns, una diputada conservadora de esta circunscripción electoral, en su oficina en el centro de Morley, en las afueras de Leeds. El Reino Unido salió ayer de la Unión Europea tras casi medio siglo de unión turbulenta y 3 años y medio de dilación, una salida que en cierto modo es su victoria, como la del 52% de británicos que votó por el Brexit en el referéndum de 2016. La diputada organizó una gran fiesta en su distrito, de 76.000 habitantes, que en aquella consulta se declaró al 60% por salir de la UE.