El 25 de setiembre de 2015, los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas, entre ellos, el Paraguay, adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible.
Son 17 objetivos, nos recuerda el embajador Paolo Berizzi, representante permanente de la Unión Europea en Paraguay, los que a su vez se basan en los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aunque incluyen nuevas esferas como el cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, el consumo sostenible y la paz y la justicia.
Paraguay ya cuenta con una Comisión Interinstitucional de Coordinación para la Implementación, Seguimiento y Monitoreo de los Compromisos internacionales asumidos en el marco de los ODS. Se creó por decreto, en el 2016, durante el gobierno anterior.
Para el embajador Berizzi, en el ámbito del Gobierno central se ha instalado la conciencia respecto a estos compromisos, “y como pasa en todos los lugares, se tiene que tomar posición y pasar a la acción. En esto estamos todos de acuerdo y comprometidos para ayudar”, dice y reconoce que la sociedad civil no se está apropiando aún del tema.
Hambre cero, fin de la pobreza, educación de calidad, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico y ciudades y comunidades sostenibles son parte de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
“En muchos países europeos pasa igual, los gobiernos lo saben, pero lo que hace falta es que la sociedad civil los conozca y se apropie. Vemos en los últimos tiempos en Paraguay que muchos pedidos de la sociedad civil se hacen fuertes, y los gobiernos responden a la sociedad civil”, resalta.
Por eso, también habla con gran expectativa de los resultados que podrían obtenerse de cuatro proyectos que llevarán adelante en Paraguay cuatro consorcios de organizaciones de la sociedad civil, que contarán con financiamiento de la UE, en un 85 a 90%, por un valor aproximado de 1.960.000 de euros (USD 2,3 millones).
Respecto a quién tiene que hacer algo para impulsar los ODS en cada país, el embajador afirma que no se trata solo del Gobierno, sino de involucrar a los ciudadanos, al sector privado y a las autoridades locales. Con proyectos como los que se pondrán en ejecución, “se sale de la idea de que el desarrollo sostenible de mi país es un problema del gobierno”, explica.
Las oenegés agrupadas trabajarán a partir de ahora y por un plazo de tres años en temas como instalar un observatorio de la sociedad civil para el monitoreo del avance hacia el cumplimiento de los ODS específicos y en la apropiación de la Agenda 2030 por parte del Estado, la sociedad civil y la población en general. Algunos pondrán énfasis en los gobiernos locales; otros, en el fortalecimiento de las organizaciones y comunidades rurales y en la producción agroecológica. De lo que se trata es de generar políticas públicas, mediante el fortalecimiento de la sociedad civil, explica.