Sergio Cáceres Mercado | caceres.sergio@gmail.com
Cualquiera se sorprendería si viera la cantidad de películas que este actor filmó en su corta pero prolífica carrera, de la cuales acá solamente llegaron los correspondientes a Rápido y furioso y, si mal no recuerdo, Rescate en la Antártida, Azul profundo y, hace pocos meses, Horas. Brick Mansion es el remake de una realización francesa titulada Distrito 13. Ya esta versión daba la segura impresión de haber sido hecha a medida de las habilidades físicas de sus protagonistas: Cyril Raffaelli (artemarcialista) y David Belle (fundador del parkour).
Esta versión en inglés contrata otra vez a David Belle para que haga el mismo papel y la intención es la misma: mostrar qué bueno es saltando obstáculos; solo que Paul Walker no es Raffaelli, por lo tanto hay escenas que son distintas a Distrito 13.

Y acá radica uno de los puntos flojos, para no decir absurdos, de la película, pues Damien (Walker) por momentos admite no poder acompañar a Lino (Belle) en sus acrobacias, pero de repente vemos al mismo Damien haciendo saltos increíbles a la par de Lino, y desde ahí ya nos damos cuenta de que consistencia es lo menos que podemos pedirle a esta película, como muchas de las que escribe últimamente Luc Besson.
Pero no importa, hay escenas de acción que es lo que interesa, todo esto acompañado de los ángulos extremos en coloca que su cámara el director, algo que tiene sentido porque le imprime más vértigo que es el efecto que se quiere lograr. Las coreografías son buenas, pero denotan tanto su falsedad que a veces parece que estamos viendo un animé con actores reales.
En fin, luego de haber visto Horas, supimos que Walker era un actor versátil y que perfectamente podía desenvolverse en otras películas que no sean las de acción absurda. Pero Brick Mansions es una más de dicho estilo y ya no nos sorprende. Lo mismo sucederá cuando se estrene Rápido y furioso 7.