“El Estado debe ponerse al día con los acreedores locales. Empresas agonizantes deben ser repotenciadas para que los Paraguayos recuperen sus puestos laborales .Pos pandemia sanitaria hay excepciones que deben ser consideradas y una de ellas guarda relación con déficit fiscal”, sostuvo en sus redes sociales.
En contacto con Última Hora, el senador y economista Dionisio Amarilla mencionó que se calcula que la deuda con las empresas vialeras ronda los USD 500 millones y con las farmacéuticas, el Ministerio de Salud y el Instituto de Previsión Social (IPS) estarían adeudando entre USD 300 y USD 350 millones.
“El estado hoy está privando a la gente que genera trabajo de una suma considerable. Plata de la gente que trabaja, que da trabajo, que genera un círculo virtuoso en la economía y que quedó como herencia de Mario Abdo Benítez”, cuestionó.
El Estado debe ponerse al día con los acreedores locales .
— Dionisio Amarilla Guirland (@DionisioAmarill) August 16, 2023
Empresas agonizantes deben ser repotenciadas para que los Paraguayos recuperen sus puestos laborales .Post pandemia sanitaria hay excepciones que deben ser consideradas y una de ellas guarda relación con déficit fiscal.
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Asimismo, sostuvo que algunos legisladores irresponsablemente satanizan la deuda pública, pero no dimensionan el daño, la herencia negativa que dejó el Gobierno saliente en el sentido de contratar con particulares y no pagarle la deuda por trabajos hechos.
En ese sentido, aseguró que el Estado paraguayo es un deudor atractivo para los acreedores y que no hay antecedentes de que Paraguay no haya honrado su deuda, ni con organismos multilaterales ni con tomadores de bonos.
“Tiene que encontrar una fórmula y la fórmula que podría darse es claro préstamos a largo plazo, como que esos USD 1.000 millones se inyecten a la economía”, adelantó.
Para el legislador, Paraguay salió hace poco de la pandemia sanitaria y las fábricas e industrias están con capacidad ociosa, lo que significa que no están trabajando al límite y contratan menos gente y eso incide colateralmente en la sociedad, porque la economía no se mueve al ritmo que tendría que moverse.
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En cuanto a elevar el déficit fiscal, dijo que no hay que asustarse si excepcionalmente el déficit se duplica, inclusive, aseguró que de lo que hay que asustarse es de la deuda que no se está pagando a los proveedores y del daño colateral en la economía, por no haber honrado el Gobierno saliente la deuda con proveedores.
“Eso es lo que tiene que generarnos un susto y llevar a reaccionar de manera firme y de raíz solucionar ese problema”, remarcó.
Asimismo, señaló que no sirve tener una capacidad productiva que opere a una capacidad del 50%, porque eso se traduce en una pésima calidad de vida de la población y de los sectores afectados, entre ellos obras civiles, viales y del sector farmacéutico.
En cuanto a las proyecciones del Gobierno de Peña, cree que el Ejecutivo está proponiendo hacer crecer la economía para que en proporción los gastos rígidos disminuyan.
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“Por eso es que no nos tiene que asustar que en esta primera etapa el déficit fiscal termine elevándose, porque finalmente lo que se pretende con eso es que el efecto multiplicador que genere ese pago de la deuda, de plata que tenía que estar en el bolsillo de las empresas, lleguen a estas. Las cuentas están para ser pagadas y no caliseteadas y mucho menos para generar un párate en la economía como se generó en la última etapa del gobierno de Mario Abdo Benítez”, manifestó.
De igual manera, estima que el ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovinos, llevará alguna propuesta para honrar esas deudas y atender el problema con celeridad.
“Por culpa de papá Estado que no pagó a los contratistas estos se endeudaron y están con intención de achicarse porque no cobran, y al no cobrar no pueden pagar sus cuentas, y están pagando intereses y generando una calidad de vida para nada envidiable”, apuntó.
En cuanto a la deuda pública actual, detalló que se encuentra en torno al 35% del Producto Interno Bruto.
Para muchos sectores el nivel de endeudamiento es preocupante, especialmente luego del salto que se tuvo durante la pandemia, además del déficit fiscal que se disparó y podría llegar al 5%.
“Una herencia asumida del gobierno anterior que no entendemos cómo ni por qué, regla de tres, dejó de pagarle a contratistas si lo que más hizo el Gobierno de Mario Abdo Benítez es crecer en deudas”, finalizó Amarilla.