El vecino país recurrirá al uso de la tecnología para enfrentar con más eficiencia los delitos transfronterizos, como el tráfico internacional de drogas y el contrabando, tanto por el paso fronterizo como por las aguas del río Paraná y el lago Itaipú. En este contexto firmaron un convenio la Itaipú Binacional, la Receita Federal (Secretaría de Ingresos Fiscales) y el Parque Tecnológico Itaipú (PTI), lado brasileño. Se trata del proyecto Muralla Inteligente, que tiene por objetivo utilizar la tecnología en el combate al contrabando y el transporte de todo tipo de contrabando en Foz de Yguazú. El convenio tiene una inversión de 18.847.849,52 reales (3.688.442 dólares), de los cuales 1.064.617,84 reales (208.000 dólares), corresponden a la Receita Federal. El resto será absorbido por la entidad binacional.
“Quien gana con eso es Brasil. Cada vez que alguien impide la entrada de un ilícito en la frontera está evitando que este producto llegue a grandes centros del país, como São Paulo o Río de Janeiro. Por eso, no es una inversión solamente en Foz de Yguazú, sino con una visión para todo el Brasil, como un todo”, afirmó el general Joaquim Silva e Luna, director general brasileño de la Itaipú Binacional.
El convenio se firmó esta semana en el Centro Ejecutivo de la Itaipú Binacional en Foz de Yguazú. “Actué hace 30 años en el combate de crímenes fronterizos y pude acompañar la evolución de este trabajo. Hoy, gracias a la unión de instituciones que trabajan en pro del bienestar de la sociedad, conseguimos atacar el contrabando”, comentó Claudia Regina Thomas, superintendenta de la Novena Región de la Receita Federal, que agradeció a Itaipú por la inversión.
Este proyecto viene a ampliar más la capacidad de acción y control de la Receita Federal en la región de las Tres Fronteras. “Esto nos permitirá ofrecer servicios para nuestra población. Esta adquisición de equipamientos va a dar una mayor movilidad a la Receita Federal, permitiendo actuar más fuertemente en el combate al tráfico de drogas y armas”, refirió, por su parte, el general Eduardo Garrido, superintendente del PTI.
La región entre Brasil y Paraguay constituye una de las fronteras más movidas de ambos países. A pesar de que la frontera estaba cerrada, el tráfico ilegal nunca se redujo, pues del puente se trasladó a las aguas del río Paraná y el lago Itaipú, donde operan al menos unos 200 puertos clandestinos. La Policía Marítima, dependiente de la Policía Federal, instaló su base a metros del puente y, a pesar de todo el esfuerzo, la frontera siempre se mantuvo permeable para organizaciones criminales por el PCC, que tiene soldados a ambos lados de la frontera.