El gobierno paraguayo condenó este martes el ataque “del grupo Hezbollah”, al que reconoce como terrorista, contra la Embajada de Estados Unidos (EEUU) en Bagdad, capital de Irak.
Lea más: Irak confirma la muerte de cuatro milicianos chiíes en ataque estadounidense
“La República del Paraguay, como ferviente defensora de la paz y de las resoluciones de conflicto por medio del diálogo, en este día en que la población de la mayoría de los países del mundo aguardan con esperanza la llegada de un nuevo año de armonía y concordia, ratifica su rechazo a la violencia y hace un llamado a la calma y la tranquilidad”, señala el comunicado.
El presidente de EEUU, Donald Trump, acusó a Irán de orquestar el asalto contra la embajada, que tuvo lugar después del bombardeo a las posiciones de las milicias progubernamentales Multitud Popular, integradas sobre todo por chiíes, según informó EFE.
Le puede interesar: Centenares de manifestantes atacan la Embajada de EEUU en Bagdad
Durante el ataque estadounidense fallecieron al menos cuatro milicianos, lo que llevó a manifestantes e integrantes de grupos armados a quemar una oficina de la embajada, muros exteriores y torres de seguridad, luego de irrumpir en una parte del complejo.
Estados Unidos orquestó “ataques defensivos” tras la muerte de un contratista norteamericano, quien falleció como consecuencia del impacto de proyectiles en la base militar K1 de Kirkuk, en el norte de Irak, donde están desplegadas tropas norteamericanas.
Entérese más: Paraguay reconoce como grupos terroristas internacionales a Hizbulá y Hamás
En ese sentido, EEUU responsabiliza de la muerte a las milicias chiíes y en concreto a Hezbollah, que opera bajo el paraguas de la Multitud Popular, que es un elemento fundamental de las fuerzas armadas de Irak y que ha desempeñado un papel destacado en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI), contra el que también lucha Washington.
Las autoridades políticas y religiosas de Irak condenaron y rechazaron la respuesta de Estados Unidos y el Gobierno calificó la acción como “una violación de la soberanía iraquí".