Ilan Goldfajn, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), comparte su visión sobre la economía regional y, particularmente, la paraguaya en entrevista exclusiva con Última Hora, a poco de concretar su representativa visita al país junto con Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
–¿Cuál es su visión sobre la coyuntura económica que se vive en la región?
–Mi visión para América Latina y el Caribe es que estamos posiblemente ante un punto de inflexión. Hemos observado un cambio en la dinámica del crecimiento en la región. La región creció más de lo esperado recientemente y las economías más grandes, como Brasil y México, están creciendo más rápido y parecen beneficiarse de las nuevas tendencias, desde el aumento de la inversión en energía verde hasta el realineamiento de las cadenas de suministro globales. Además, como región hemos aprendido las lecciones de crisis anteriores. Hoy, con algunas excepciones notables, las economías de la región son estables. Sin embargo, nuestra región sigue siendo una de las más desiguales del mundo y hoy en día, más de una cuarta parte de la población todavía vive en la pobreza. La región sigue enfrentando lo que yo llamo de triple desafío: crecientes demandas sociales, restricciones fiscales y bajo crecimiento de la productividad, lo que dificulta generar los recursos necesarios para satisfacer las demandas sociales. La región también enfrenta los impactos cada vez más frecuentes y costosos del cambio climático, así como el crimen y la violencia.
–¿Hay oportunidades para la región y para Paraguay en el contexto internacional?
–La región vive una oportunidad única. Durante décadas, la región ha sido vista a través del lente de sus necesidades, pero hoy el mundo también necesita a la región. Esto se debe a su potencial para ser parte de la solución a desafíos globales compartidos. Claramente el Paraguay tiene mucho que aportar en este contexto. Es un país con un potencial agrícola fuerte y reconocido mundialmente, tiene los recursos para proporcionar energía limpia para su propio crecimiento y el de la región, y varios biomas que pueden contribuir a la mitigación del cambio climático. Y cuenta con un gran potencial con su gente en otras áreas, como la manufactura del sector privado y el desarrollo de servicios digitales.
–¿Cuál es la evaluación del BID sobre el desempeño económico de Paraguay en los últimos años?
–Paraguay es una de las economías de América Latina y el Caribe que más han crecido durante las últimas décadas. En 2002, el país tenía una relación deuda/PIB del 60%, una tasa de pobreza del 50%, una inflación de dos dígitos y una tasa de depreciación anual del 30%. Hoy, la situación del país ha mejorado significativamente, con una relación deuda/PIB del 38,9%, una moneda relativamente estable y una tasa de inflación del 4,3%. Los indicadores sociales también han mejorado en muchos ámbitos; la pobreza se redujo a la mitad desde el inicio del siglo, cayendo al 22% en el 2023, y la clase media creció del 28,8% de la población en 2009 a 43,8% 10 años más tarde. La desigualdad también disminuyó. Esto se debe en parte a un manejo robusto de la política macroeconómica del país y una serie de reformas y políticas conducentes a un mayor crecimiento y reducción de la pobreza. A futuro es importante seguir manteniendo la robustez macroeconómica y profundizar los logros sociales para sostener el crecimiento.
–¿Cuáles son las estrategias más efectivas identificadas por el BID para abordar las desigualdades?
–Estamos profundamente comprometidos con la reducción de la pobreza en la región. Consideramos que una estrategia de tres pilares es esencial para nuestros esfuerzos y los esfuerzos de los gobiernos nacionales, el sector privado y los socios para el desarrollo. El primer pilar es el crecimiento económico: sin crecimiento económico y un sector privado robusto que crea empleos no puede haber una reducción sostenida de la pobreza. El segundo pilar implica brindar oportunidades de participación económica y mejores niveles de vida para los que menos tienen. La forma más significativa en que el crecimiento se traduce en reducciones de la pobreza es a través de la obtención de empleo y las inversiones en capital humano; en particular programas de educación, salud y primera infancia. El tercer pilar implica la redistribución de recursos para proteger a los más vulnerables. Los programas de protección social pueden garantizar que incluso los más vulnerables (incluidos aquellos que tal vez no puedan trabajar debido a su edad o discapacidad) no tengan que sufrir hambre o pobreza extrema.
–¿Y hay acciones que se aplican o pueden aplicar en el caso de Paraguay? ¿En qué áreas se pueden aplicar?
–La educación es una de las áreas que registran las brechas más pronunciadas en Paraguay, lo que perpetua desigualdades socioeconómicas. En este contexto, el BID viene brindando apoyo técnico y financiero a la educación escolar en Paraguay, fomentando la consolidación de oportunidades educativas de calidad en áreas vulnerables. Es clave explorar nuevas estrategias que mejoren los resultados educativos y aseguren que todos los niños y jóvenes paraguayos alcancen los aprendizajes fundacionales que les permitirán seguir aprendiendo y eventualmente lograr un empleo de calidad. Otra de las áreas sociales donde hay espacio para mayores avances es la salud pública. Es necesario seguir ampliando el acceso a la salud, como hemos venido haciendo a través de la construcción de las unidades de salud familiar, mejorar la calidad y la eficiencia de los servicios de salud. Recientemente acordamos con el Gobierno el proyecto para la construcción del Hospital de San Estanislao, clave para el Departamento de San Pedro y comunidades aledañas. Es importante incrementar el financiamiento y expansión de los llamados Servicios de Intervención Temprana (SIT) para la detección, tratamiento y prevención de desviaciones en el desarrollo de los niños menores de 5 años.
–¿Cómo evalúa el BID el tema ambiental, especialmente para un país como Paraguay, y cómo esa visión se refleja en proyectos?
-Desde el Grupo BID estamos muy comprometidos en acompañar la agenda verde de Paraguay. Como lo mencioné anteriormente, el abordaje del cambio climático es una de nuestras tres prioridades principales dentro de nuestra nueva estrategia del Grupo BID, en sintonía con la reducción de la pobreza y la desigualdad y el fortalecimiento del crecimiento sostenible. Paraguay tiene un enorme potencial para el crecimiento verde debido a sus importantes fuentes de energía hidroeléctrica. Itaipú, reconocida mundialmente como una gran productora de energía limpia y renovable, lo que permite al país producir sosteniblemente el 100 % de sus necesidades eléctricas y exportar sus excedentes. Más allá, el gobierno tiene la ambición de convertir al país en un ejemplo de crecimiento económico sostenible, fuerte y verde. Con nuestro programa piloto BID CLIMA estamos alentando las inversiones de los países de la región en materia de adaptación y mitigación al cambio climático. Se trata de un instrumento financiero innovador que recompensa a los países que invierten en resiliencia al cambio climático y en preservación del medio ambiente. Los países pueden beneficiarse de un descuento de hasta 5% de préstamos del BID si se cumplen con los indicadores predefinidos para adaptación y mitigación.
En el caso del Paraguay, como lo mencioné anteriormente, estamos trabajando con este programa en el ámbito del programa de Saneamiento para la Cuenca del Lago Ypacaraí. Más allá de este instrumento innovador estamos trabajando codo a codo con el gobierno y el FMI en el diseño e implementación de políticas públicas y sectoriales que fomenten la inversión en el desarrollo sostenible. En este contexto, estamos apoyando activamente la implementación de medidas de reforma en el marco del Fondo para la Resiliencia y la Sostenibilidad del FMI, como el desarrollo que el Gobierno lidera de una taxonomía verde -un sistema de clasificación para definir el concepto de sostenibilidad ambiental-, la expansión de la matriz de energía limpia del país y la gestión de residuos. Finalmente, y en colaboración con el Ministerio de Obras Públicas, la Administración Nacional de Electricidad y el Ministerio de Industria y Comercio estamos fomentando una mayor concientización sobre los temas relacionados al cambio climático y el desarrollo sostenible. Además, brindamos apoyo financiero a un técnico del Ministerio de Medio Ambiente asistiera a negociaciones y talleres en la Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), fortaleciendo la voz de Paraguay en las discusiones climáticas internacionales.
-¿Qué rol juega el BID en promover la transformación digital en Paraguay?
-Nuestro rol es de facilitar esta transformación. Estamos apoyando el Ministerio de Tecnología de información y comunicación (MITIC) a través de una línea de crédito de US$ 130 millones con los objetivos de mejorar la calidad de los servicios públicos prestados a los ciudadanos y empresas, fortalecer el ecosistema de emprendimientos digitales y mejorar la cobertura, calidad y asequibilidad del acceso a internet para todos los paraguayos. Más allá de la agenda transversal en apoyo a la transformación digital también estamos brindando apoyo a sectores específicos como en el área de salud, donde hemos apoyado el despliegue y adopción del HIS (Health Information System), un sistema de gestión para la atención médica en hospitales públicos, en 110 hospitales y centros de salud. En 2023, unas 8 millones de consultas médicas fueron registradas en este sistema. Esto está permitiendo contar con mejor información de los pacientes, optimizar la coordinación de consultas médicas y racionalizar la dispensación de medicamentos, así como una mejor gestión de los recursos necesarios para mejorar la eficiencia de los hospitales en el país. Acompañamos la instalación de 32 nuevos puntos de internet gratuito en todo el país y actualización tecnológica de 83 existentes. Entre 30.000 y 40.000 personas aprovechan cada mes este servicio. Un total de 40 Organismos y Entidades del Estado (OEE) están utilizando servicios de la Nube-py (plataforma de servicios de nube del Estado paraguayo), lo que les ahorra recursos.
Finalmente, cabe resaltar que tendré el honor de inaugurar el Techlab del BID para el Cono Sur durante mi visita a Asunción. Se trata de un espacio para promocionar, impulsar y potenciar el conocimiento y la consolidación sobre tecnologías emergentes en los países del Cono Sur como la realidad virtual y aumentada, la automatización de procesos, la robótica y la impresión 3D. Estoy muy orgulloso de inaugurar este espacio junto con el ministro Gustavo Villate, del MITIC. Se espera que esta iniciativa contribuya a la creación de un entorno de innovación y desarrollo tecnológico, y se constituya en un espacio colaborativo que impulse soluciones digitales y el crecimiento del talento paraguayo.
-¿Qué sectores específicos de infraestructura deberían ser priorizados para impulsar el desarrollo económico?
-En infraestructura de transporte, el foco debe estar puesto sobre los proyectos que contribuyan a mejorar la integración de Paraguay con los demás países de la región y que fortalezcan las cadenas de valor. En este sentido, en América del Sur, estamos trabajando en el análisis técnico de 5 rutas. Una de ellas, que pasa por Paraguay, es el Corredor Bioceánico de Capricornio. Estos proyectos implican diseñar una infraestructura de conectividad, es decir, no es sólo bueno para el transporte, sino que incluye conectividad en energía, logística y telecomunicaciones, entre otros. Además, y siempre considerando la sostenibilidad ambiental, estos proyectos buscan armonizan los procesos transfronterizos, facilitar el comercio y desarrollo productivo de los territorios aledaños.
También es crucial priorizar aquellos que mejoren el acceso de las poblaciones vulnerables a servicios y mercados productivos, basándonos en criterios de mayor impacto social y económico. Es importante apoyar proyectos que puedan desarrollarse mediante asociaciones público-privadas como lo hicimos con BID Invest en las rutas 2 y 7 y explorar esta modalidad para inversiones además en otros sectores más allá del transporte por carretera. La infraestructura de agua y saneamiento en Paraguay registra aún un importante rezago con respecto a la región, sobre todo en términos de cobertura de servicios de alcantarillado sanitario y tratamiento de aguas residuales que alcanza apenas al 15% y al 7.5% de la población respectivamente.
El sector de energía es clave para promover el crecimiento económico y desarrollo sostenible en Paraguay. En ese sentido, debemos continuar apoyando a la Administración Nacional de Energía con la implementación de su plan de inversiones en infraestructura eléctrica, más específicamente la expansión y optimización de la transmisión y distribución para mejorar la calidad y confiabilidad del servicio eléctrico.
Como estrategia general, seguiremos apoyando el gobierno en el diseño y promoción de una matriz energética más diversificada, sostenible y resiliente a través de una planificación integrada, una base legal y regulatoria que estimule la participación del sector privado en proyectos de energía renovable no convencional, así como en la economía del hidrógeno verde, el fortalecimiento institucional y el desarrollo de capacidades técnicas.
-El BID adoptó una serie de reformas este año. ¿Cuáles son los objetivos de estas reformas y cual son las prioridades para el Grupo BID de cara al futuro?
-El Grupo BID está cambiando para volverse una institución mejor, más grande y eficaz que pueda apoyar a la región en este punto de inflexión. Nos estamos convirtiendo en un banco multilateral de desarrollo que de verdad pueda apoyar y trabajar de la mano del sector privado y que promueva la integración regional. En este sentido la Junta de Gobernadores del Grupo BID adopto tres cambios transformativos durante nuestra Asamblea Anual en marzo. ¿Cuáles fueron estos cambios? Primero, se aprobó una nueva estrategia institucional –que llamamos BIDEstrategia+ - que nos permitirá aumentar el impacto y la escala de nuestro trabajo y que enfocar nuestros esfuerzos en tres grandes prioridades: reducir la pobreza y la desigualdad, impulsar el crecimiento sostenible y abordar el cambio climático. Segundo, se aprobó una capitalización de US$3.500 millones y un nuevo modelo de negocio para BID Invest, nuestro brazo para el sector privado, que llamamos “BIDinvest+”. Estos cambios nos vuelven más capaces de trabajar con el sector privado, tomando más riesgos para construir un entorno más favorable a los negocios, desbloquear inversiones y acelerar el crecimiento económico y el desarrollo de nuestros países. Y finalmente, “BIDLab+”, una nueva visión, modelo de negocios y hasta $400 millones en recursos adicionales para BID Lab, nuestro laboratorio de innovación y brazo de capital de riesgo. Tomado en conjunto, estos tres cambios hacen del BID una institución con mayor potencia para acelerar el desarrollo sostenible e inclusivo de la región.