De acuerdo con el índice latinoamericano de inteligencia artificial de la Cepal, Paraguay obtuvo 31,1 puntos sobre 100 puntos, situándose en el decimotercer lugar de los 18 países que componen el ranking.
Mientras tanto, lideran esta categoría Chile (73,1), Brasil (69,3), Uruguay (65,0), Argentina (55,8), Colombia (52,6), República Dominicana (51,4), México (48,9) y Perú (45,5).
En el ranking del FMI sobre preparación para la adopción de IA, Paraguay también aparece rezagado, con una calificación de 0,41 dentro de una escala de 1, solo por encima de Guatemala, El Salvador, Bolivia, Honduras, Nicaragua y Venezuela.
Retos. El informe señala que en la región “existen importantes avances en el campo digital”, aunque destaca que “Latinoamérica necesita más talento humano en ingenierías de la computación, mayor innovación en desarrollo de modelos propios de IA, y superar los atrasos de implementación en tecnologías 3G y 5G, entre otros retos”.
Aunque la banca y el sector financiero crearon marcas digitales y firmas privadas que dinamizan el campo de los pagos, aún hay pocas empresas nuevas incursionando en el campo de la IA, sostiene.
El reporte también señala que la baja inversión en infraestructura digital y la falta de políticas públicas para fomentar la innovación son factores determinantes en este atraso.
Uno de los sectores que podrían beneficiarse significativamente con la aplicación de la IA es el agrícola, clave para la economía paraguaya.
Según el FMI, el uso de inteligencia artificial en el agro permitiría optimizar la toma de decisiones a partir del análisis de datos climáticos, de suelos y de mercado, aumentando la eficiencia y reduciendo costos.
“Lejos de ser una amenaza, se considera que la IA es una oportunidad que debe ser incorporada a la mayor velocidad posible a la matriz de insumo-producto de la economía general. Disponibilidad de datos, infraestructura, capacidad de cómputo y talento humano son algunos factores que determinarán quiénes avanzan más rápido en el tema”, apuntó. Ante esto, Paraguay se enfrenta al desafío de acelerar su transformación digital para mejorar su productividad y competitividad en un contexto global donde la tecnología es clave para el crecimiento económico.