El portal se hizo eco de las declaraciones del comandante del Batallón de Inteligencia Militar, coronel Carlos Casco, quien brindó detalles al respecto.
Señaló que el sistema, bautizado C4ISR Arandu (conocimiento o inteligencia, en idioma guaraní), está compuesto por cinco subsistemas, entre ellos uno de recopilación y almacenaje de información y otro de trabajo desde la nube.
Además, cuenta con un subsistema de difusión de datos a través de canales seguros, de análisis impulsado por inteligencia artificial y de transmisión de información vía correo encriptado.
También posee una infraestructura de protección, vigilancia y defensa ante amenazas cibernéticas.
“¿Donde está el secreto de este sistema? En la integración de los subsistemas, en donde ya sean las diferentes agencias u otras instituciones del Estado pueden proveernos de información y nosotros hacemos esa integración e interpretación y que finalmente eso se convierte en un conocimiento”, afirmó.
El uniformado explicó que para la creación de este programa siguieron modelos exitosos en otros países –en particular del Ejército y la Policía de Colombia que incluso brindaron capacitación al personal paraguayo–, que posteriormente adecuaron a sus capacidades operativas y presupuestarias.
“Hoy, después de tres años, nuestro sistema de gestión de información Arandu es una realidad que va a estar al servicio de todo el Ejército paraguayo, asimismo también de la de la Armada y de la Fuerza Aérea”, puntualizó.
En concreto, indicó que el software permite analizar “en segundos” una “gran cantidad de información”, lo cual permite que las búsquedas u operaciones emprendidas por sus hombres sean más precisas y sin pérdida de tiempo.
Destacó que la doctrina de este batallón está actualizada y ya utilizan terminología empleada por los Ejércitos de Latinoamérica, alineada a lo que establece la OTAN.
El software fue presentado durante la celebración del Día del Batallón de Inteligencia Militar, creado un 20 de diciembre del 2018 y que cuenta con más un centenar de efectivos. La actividad se desarrolló en la base de la Fuerza de Tarea Conjunta, con sede en Arroyito, Departamento de Concepción.