Adriana Caballero
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El embajador de la Unión Europea (UE) en Paraguay, Javier García de Viedma, abordó sobre los alcances de la cooperación financiera del bloque en el país, así como los retos que implicaría el reglamento europeo 1115 para la producción nacional. Apuntó al acuerdo Mercosur-UE como una oportunidad y sostuvo que los sectores de la carne y del cuero local ya están listos para cumplir con las exigencias europeas, mientras que para la soja aún representa un desafío. Dijo que espera que la firma del convenio de cooperación entre Paraguay y UE ya se concrete.
–¿Qué papel juega la cooperación europea en la diversificación de la economía paraguaya y en el fortalecimiento de sectores claves, como la agricultura y la ganadería?
–La cooperación europea siempre tuvo un papel importante en el fortalecimiento del sector privado. La UE viene trabajando con Paraguay para mejorar la competitividad de la economía con una serie de programas desde hace algunos años, logrando varios avances y enfrentándose a algunos desafíos. Para que la cooperación tenga realmente un impacto económico sostenible es necesario apoyar la articulación y coordinación de los actores del sector público y de estos con los actores del sector privado. Es necesario un diálogo abierto y sincero, que permita identificar las necesidades reales y ofrecer respuestas conjuntas. Solo así se pueden identificar los cambios estructurales necesarios y tener el compromiso de los actores para que un programa de cooperación tenga éxito.
–Están negociando una cooperación de 10 millones de euros con Paraguay para implementar un sistema de trazabilidad. ¿Qué avances hubo para la firma?
–El proyecto fue discutido extensamente con los representantes del Gobierno, con los gremios del sector productivo y de la industria para lograr un texto mutuamente aceptable para su aprobación. Los 10 millones de euros no están todos reservados para implementar un sistema de trazabilidad en Paraguay. El programa tiene el objetivo más amplio de consolidar la inserción del Paraguay en las dinámicas comerciales internacionales mediante el fomento y el fortalecimiento de la sostenibilidad, competitividad y trazabilidad de las cadenas de valor agroindustriales, la mejora de la infraestructura de calidad y la diversificación e innovación de sectores claves para la economía. El programa fue aprobado en 2024 y se espera que empiece su implementación en el primer trimestre del 2025. Después de intensas consultas en 2023 y principios de 2024 no esperamos particulares desafíos para su pronta firma. Se persigue garantizar que los productos agropecuarios y agroindustriales paraguayos mantengan sus mercados más importantes y exigentes, incluida la UE.
–¿Cómo percibe la relación de cooperación económica entre la UE y Paraguay en los próximos 5 a 10 años?
–La cooperación europea en Paraguay tiene dos ejes principales: la economía verde y resiliente y la reducción de las desigualdades. La UE y Paraguay comparten más de 30 años de estrecha amistad y cooperación. Tenemos fuertes lazos políticos, históricos y culturales, así como económicos. Estamos alineados en un momento de crecientes tensiones geopolíticas y fragmentación. Con Paraguay tenemos una de las alianzas de cooperación bilateral más importantes de Sudamérica, que se complementa con programas regionales y el trabajo con organizaciones de la sociedad civil. En este sentido, la UE continuará promoviendo un marco de cooperación fundamentado en principios democráticos, respeto a los derechos humanos y justicia social, con el objetivo de abordar de manera efectiva los desafíos globales del siglo XXI, como las crecientes desigualdades, el cambio climático, la escasez de agua y la brecha digital. Estamos trabajando en la organización de un gran Foro de Inversiones Europeas en Asunción, que se prevé tendrá lugar en el segundo trimestre del año 2025.
–¿Qué expectativas tiene respecto al rol de Paraguay en el fortalecimiento de la integración en el contexto del Mercosur?
–El nivel de integración económica regional que los países quieren lograr y el papel que cada país quiere jugar en este proceso es una decisión soberana sobre la cual la UE no interfiere. Independientemente de ello, es importante destacar el innegable compromiso de la UE con el multilateralismo y el libre comercio, así como nuestro apoyo a los proyectos de integración regionales en América Latina y el Caribe, en África y en otras regiones del mundo. Con el acuerdo Mercosur-UE se quiere facilitar la circulación de bienes y servicios entre ambas regiones y dentro de ellas mismas. Creemos que el acuerdo puede dar un impulso importante al crecimiento, a la diversificación y a la modernización de la economía de Paraguay, favoreciendo al mismo tiempo las inversiones en el país.
–¿Considera que Paraguay está preparado para el cumplimiento de la Ley 1115?
–Paraguay es uno de los países que ya han tomado muchas medidas, trabajando en una producción sostenible y libre de deforestación. El trabajo desarrollado en estos años por el MIC demuestra que los sectores de la carne y el cuero están listos para cumplir. Más desafíos puede haber en el sector de la soja, donde, sin embargo, hay una voluntad del país y de los productores para adoptar las herramientas necesarias para cumplir con la norma y no cerrarse a los mercados. La cooperación de la Unión Europea quiere seguir apoyando a estos esfuerzos y la postergación del reglamento nos ofrece un año más.