“Manchas de luz. Las mujeres en el Holocausto” muestra la realidad femenina durante el régimen nazi y sus intentos por aferrarse a la vida ante la persecución y la aniquilación.
Hay historias de lucha y resistencia, pero también de la normalidad del día a día, de la necesidad de salir a buscar alimentos para la familia, de celebrar una boda en medio del desastre o de recurrir al arte y a la creatividad como vía de escape.
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Esa otra realidad, paralela al sufrimiento, fue la que convenció a la directora del Museo Judío Walter Kochmann de Paraguay, Ruth Kohan, a decantarse por este tema, entre las diversas opciones que le ofreció la organización israelí Yad Vashem, encargada de preservar la memoria de las víctimas del Holocausto.
“No son historias gloriosas, pero son historias que ayudaron a los judíos y mantenían la moral en un lugar tan nefasto”, comentó Kohan en declaraciones a Efe.
Kohan reconoció que el relato sobre el régimen nazi y los campos de exterminio siempre está narrado y protagonizado por hombres, con la idea asumida de que la vida y el destino de las mujeres fue similar.
Sin embargo, la directora del Museo Judío Walter Kochman resaltó que las mujeres tuvieron su propio papel durante la ocupación nazi.
“Las mujeres ocupaban un ‘rol’ muy importante dentro de los guetos, dentro de los campos... Se ocupaban de sus hijos y no solo de sus hijos. También se ocupaban de mantener la esperanza y la moral, porque los hombres estaban muy deprimidos, independientemente de lo que pasaba con ellas”, apuntó Kohan.
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La exposición, que se puede visitar en la Biblioteca del Congreso, cuenta la historia de las mujeres a través de la resistencia y el rescate, la amistad, la fe, la maternidad, el amor, la feminidad, el cuidado del prójimo, la alimentación y la creatividad.
Así, el visitante pasa imágenes de interpretaciones teatrales en los guetos, a fotografías de boda, cartas o poemas.
El coordinador residente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Paraguay, Mario Samaja, recalcó la importancia de estas iniciativas para mantener viva la memoria ante un creciente resurgimiento del antisemitismo, la xenofobia y el racismo en general.
“La generación después de la mía ya empieza a no tener este contacto directo (con los supervivientes del Holocausto y la II Guerra Mundial) y es por eso que la memoria es absolutamente fundamental. Las nuevas generaciones, debería decir felizmente por ellas, no conocieron directamente este horror. Por eso tenemos gente que tiene unas actitudes que la memoria viva debería ayudar a cancelar, a eliminar”, recalcó Samaja.
El Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto recuerda la fecha en la que el ejército soviético liberó Auschwitz-Birkenau, el 27 de enero de 1945, un hecho que este año fue conmemorado por numerosos jefes de Estado y Gobierno en los restos de ese campo de exterminio en Polonia.