Será la primera vez que Paraguay protagonizará ese evento, el más importante en avistamiento de la región, que reúne a especialistas, ambientalistas, aficionados y operadores turísticos y que este año, en su novena edición, se celebró en Punta del Este (Uruguay).
En la elección de Paraguay se tuvo en cuenta una rica variedad de aves que abarca a 720 especies, ninguna endémica, y que se benefician de la cantidad de ecosistemas que confluyen en el país.
Una de esas catedrales de la biodiversidad es la Bahía de Asunción, una reserva que incluye el Banco de San Miguel, donde hay registradas unas 300 especies, contando con las 40 que cada año llegan del Norte de América y se aposentan para gozar del cálido clima paraguayo.
A esa cifra se añade unas 60 registradas en la ciudad, lo que convierte a Asunción en una de las capitales del mundo con mayor cantidad de especies de aves y en una privilegiada atalaya para la feria de avistamiento de 2022.
Especies como el águila pescadora, el karãu o las garzas son parte del paisaje de la reserva ecológica de la Bahía, unas 600 hectáreas de agua si se incluye el cuerpo del agua del río Paraguay.
Y la lechuza diurna o el carpinterito común como vecinos de una ciudad que en 2014 fue declarada Capital Verde de Iberoamérica en virtud de su masa arbórea.
Sin embargo, es la Reserva de San Rafael, en el Sureste, la que lidera el ránking local, con 420 especies habitando ese fragmento del Bosque Atlántico, uno de los sistemas ecológicos amenazados por la deforestación.
Concienciación como herramienta
Y es que la deforestación, así como los cambios en los usos del suelo con fines agrícolas o comerciales constituyen un letal enemigo de las especies de aves de Paraguay, con 66 en peligro de extinción y 99 amenazadas.
“Son muchas. Las aves tienden a adaptarse a un suelo por alimentación y procreación y al perder el espacio vamos perdiendo especies o disminuyendo su población”, dijo a Efe Tati Galluppi, coordinadora de la organización ambientalista Guyra Paraguay.
Galluppi también se refirió a la caza furtiva y, en especial, al tráfico ilegal de aves que se comercian como mascotas, y que afectan principalmente en Paraguay a los grupos de loros.
En ese sentido, Galluppi defendió la existencia de la Feria de Aves de Suramérica, de cuyo Comité Internacional forma parte Guyra Paraguay, como una herramienta para concienciar a la población sobre la necesidad de preservar ese tesoro.
De hecho, la ambientalista atribuyó a la afición por el avistamiento, actividad todavía minoritaria en Paraguay, el que en los últimos años se hayan registrado en el país seis nuevas especies.
Del mismo modo se expresó Nora Neris, directora de Vida Silvestre del Ministerio del Ambiente, para quien el evento “va a ser muy importante para una concienciación nacional de la importancia de nuestra biodiversidad”.
Neris, así como Gallupi también apuntaron al turismo sostenible como uno de los ángulos inherentes a las actividades del avistamiento organizado.
“Es una oportunidad para conocer Paraguay ya que no estamos en el circuito internacional de la observación de aves. Demostrar la importancia del avistamiento en Paraguay como una oportunidad económica y de concienciación sobre la importancia de la naturaleza”, señaló Gallupi.
La ambientalista puso como ejemplo Estados Unidos, con unos 45 millones de observadores de aves, lo que a su juicio es “una forma de promover el turismo sostenible y que toda la comunidad se beneficie”.
Los detalles de la feria de observación de aves se irán trabajando desde la mesa creada por la Secretaría Nacional de Turismo junto a Guyra Paraguay.