Antes de asumir en agosto pasado, el canciller nacional Luis Alberto Castiglioni anunció que el Gobierno Nacional exploraría un acercamiento con la República Popular de China en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Paraguay es el único país de América del Sur que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, la isla nacionalista considerada como una provincia rebelde por las autoridades comunistas que tomaron el poder en 1949, y que no está vinculada diplomáticamente con la República Popular de China.
Walter Enrique Harms, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, sostiene que el Paraguay no puede quebrantar una relación que comenzó en 1957 con Taiwán, país que ha demostrado además una gran generosidad en asistencia.
“No es poca cosa que un país otorgue USD 150 millones, de donación directa, y otros tantos programas que apoya Taiwán”, resalta el legislador perteneciente a la ANR.
Harms dice que además de la fidelidad y el qué “la relación entre los países siempre son de intereses, más que otra cosa”, nada impide la relación comercial que de hecho se tiene lugar con China con la que se comercia regularmente.
Es más, los productos chinos “inundan nuestro mercado”, agrega, y nada impide que el Paraguay también venda a China lo que quiera. El mayor volumen de exportación de soja está destinado a la planta que tiene una empresa china en Buenos Aires, donde se procesan los granos y luego se envía a China.
Otra visión Desde el punto de vista económico, lo que conviene a nuestro país es tener relaciones económicas y comerciales con ambos países, opina César Barreto, economista, ex ministro de Hacienda.
Explica que Taiwán es un país más pequeño desde el punto de vista poblacional (23 millones de habitantes) pero con un ingreso per cápita muy superior (USD 25.000 anuales) y por lo tanto un perfil de consumo de bienes y servicios de mayor valor agregado. “Hasta ahora hemos explorado poco el mercado taiwanés para el desarrollo de nuestras exportaciones de carne porcina, aviar y otros productos de mayor valor agregado”, dice. Por otro lado, China Continental tiene una gran población (casi 1.400 millones de habitantes), con un ingreso per cápita menor (cerca de USD 10.00 anuales) pero con crecimiento muy rápido, cercano al 6% anual.
No acceder al mercado de China Continental limita las oportunidades de desarrollo y de generación de empleo e ingresos para nuestra gente. “Lo que debiera ser calculada por el Ministerio de Hacienda para tomar las decisiones con responsabilidad”, dijo el economista.
Para Barreto, “si la decisión fuera mantener el status actual por lo menos debemos ser lo suficientemente responsables de estimar los costos que ello implica para nuestra gente”.