Los niños y niñas constituyen el 60% de la población del país y, sin embargo, apenas dos servicios públicos de salud mental están orientados a la atención pediátrica: el Hospital Niños de Acosta Ñu y el Puesto de Salud San Pedro, en Barrio Herrera (ver infografía). Además, otros tres hospitales cuentan con psicólogas especializadas, pero no psiquiatras.
El déficit importante está en el área médica. En todo el país sólo hay 7 especialistas en psiquiatría infantil, de los cuales 5 trabajan para el Ministerio de Salud Pública y uno para el Hospital de Clínicas, explica la directora de Salud Mental, Mirta Mendoza. “No podemos tener más centros especializados porque de hecho hay pocos especialistas”, señaló.
En un modesto puesto de salud, detrás de una pequeña capilla en el residencial barrio Herrera funciona uno de estos centros especializados para niños y adolescentes. Se trata del Puesto San Pedro. Allí ocho psicólogas y psiquiatras ofrecen atención, de lunes a viernes. En el transcurso del último año han hecho el seguimiento a 210 niños y adolescentes, con diferentes afecciones mentales y del desarrollo. Cada paciente realiza en promedio cuatro consultas. En algunos casos es más, en otros menos. “En Salud Mental se establecen procesos psicoterapéuticos de duración particular para cada persona, que van desde una semana hasta toda la infancia”, explica la doctora Ana Iris Benítez, integrante del equipo médico. Del total de 856 consultas realizadas por esta unidad, el 60% corresponde a psicología y el 40% a psiquiatría. Es fundamental que el tratamiento sea integral y que la familia participe. En el puesto de salud San Pedro, por ejemplo, es común que los padres asistan a las sesiones de terapia, ya que ello beneficia notablemente la mejoría del cuadro, explicó la doctora.
El enfoque de la atención en esta unidad es el comunitario, explica la psicóloga Margarita Cabrera. Anteriormente funcionaba dentro del Psiquiátrico, pero el equipo buscó salir del ámbito hospitalario. Actualmente trabaja con dos escuelas vecinas y llevan a cabo un taller de capacitación en psicodiagnóstico dirigido a psicólogas.
NIÑOS NECESITAN PADRINOS
La incidencia del autismo es baja. Afecta de 1 a 16 personas por cada 10.000 habitantes, dependiendo de la precisión del diagnóstico. “Esto hace que el Estado no lo incluya entre sus prioridades”, explica Viviana Sánchez, directora del único centro privado, sin fines de lucro, que trata esta afección. La institución depende de padrinos, que asumen cubrir parcial o totalmente los costos del tratamiento de un chico. El valor estimado es de US$ 100 x 10 meses al año. Este mes algunos niños debieron suspender su terapia, por falta de aportes. Para ayudar se puede llamar al 212-847 o www.cedinane.org.