El 2 de febrero de 1977, el catequista paraguayo Daniel Esquivel, de 32 años, fue secuestrado por un grupo de tareas de la dictadura argentina. Desde aquel día, su hermana, Genoveva Esquivel, visitó comisarías, oficinas gubernamentales y parroquias, y viajó por varias provincias en busca de pistas que no llevaban a ningún lugar.
Con la llegada de la democracia en Argentina, en 1983, la familia de Daniel se presentó ante la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (Conadep) y registró su nombre. Sin embargo, tampoco obtuvieron respuesta.
Sin embargo, 47 años después, la Justicia argentina, gracias al trabajo del Equipo Argentino de Arqueología Forense (EAAF), logró identificar el cuerpo y autorizó la restitución a su hermana melliza.
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Genoveva, que se encontraba en el Club Social y Deportivo Paraguayo de Buenos Aires, donde se anunció el hallazgo, señaló que gracias a un test de ADN se pudo comprobar que se trataba de Daniel, según elpais.com. “Encontré a mi hermano”, manifestó.
Los militares argentinos secuestraron a Daniel y lo trasladaron hasta la Brigada de Investigaciones de Lanús, desde donde lo enviaron al centro clandestino de detención Vesubio. Allí, pasó dos meses y medio en cautiverio, fue víctima de torturas y luego asesinado. Fue enterrado sin nombre en una fosa común en el cementerio de Lomas de Zamora, en abril de 1977.
“Siempre íbamos juntos. Donde iba uno, iba el otro también”, recordó Genoveva a El País, además de rememorar a su hermano como una persona generosa, con un corazón inmenso y bueno.
Daniel y Genoveva nacieron en Quyquyhó, el 3 de enero de 1945, en el seno de una familia pobre y católica. Sus padres, con nueve hijos, se mudaron a Luque y más tarde a Asunción.
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En 1970, Daniel tomó la decisión de cruzar la frontera y empezar de cero en Villa Caraza, un barrio en Lanús, al sur de Buenos Aires. Su hermana luego se mudó cerca, tres meses después.
Su hermano se desempeñaba como electricista y era activista de la Juventud Obrera Católica y el Equipo de Pastoral Paraguayo en Argentina (EPPA).
Fue uno de los 124 ciudadanos paraguayos detenidos y desaparecidos por la dictadura argentina, según los registros. Solamente una decena de los cuerpos de este centenar de desaparecidos fueron ubicados.
Genoveva pretende enterrar el próximo 23 de marzo los restos de su hermano en la parroquia que frecuentaba antes de ser desaparecido.
Una campaña para juntar fondos y colaborar con Genoveva para que brinde un entierro digno a los restos de su hermano está en marcha. Las personas interesadas en ayudar, pueden contactar a través del WhatsApp (+54 9 11) 5025-5289.