Empoderadas. Como una forma de conservar sus tierras rodeadas de cultivo de soja –en zona del Bosque Atlántico– y generar ingresos económicos, mujeres de localidades del Alto Paraná se organizan para producir yerba mate bajo monte con el apoyo de organizaciones como WWF Paraguay.
Una de las líderes, Jorgelina Leli González, ahora es nominada para el reconocimiento a nivel mundial Heroínas del Paisaje. Ser la ganadora es posible con los votos que las personas puedan realizar a través de las redes sociales ingresando a la página de GLF BONN 2019.
“Jorgelina González es una mujer rural que lidera la asociación Virgen del Rosario, Tavapy. Con su grupo se dedica a la producción de yerba mate en forma artesanal y recientemente desarrolló alimentos a base de la hoja, es un polvo para productos gastronómicos dulces y salados”, comentó Óscar Rodas, director de Cambio Climático de WWF.
La historia de doña Leli fue seleccionada entre diez finalistas a nivel mundial en la categoría de Heroínas del Paisaje. Es la única representante de Paraguay.
“Lo que necesitamos ahora es que las personas puedan apoyar en estos pocos días que quedan, a través del voto virtual, ingresando a la página de globallandscapesforum.org (el evento inicia el 22 de junio en Alemania)”.
De ganar el concurso, la asociación puede recibir apoyo internacional para expandir la producción de yerba mate. “El precio de la yerba mate, en rama verde, históricamente ha sido bajo. Entonces, si las familias rurales no le dan un valor agregado a la producción, transformándola en alimento, van a seguir vendiendo el producto entre G. 1.000 a G. 1.200 el kilo”, indica el funcionario de WWF.
INICIATIVA. Proyecto Mate, la reconquista de los bosques se denomina el trabajo que se inició en el 2017 en tres municipios de Alto Paraná; Tavapy, Doctor Raúl Peña y Ñacunday. Hasta ahora son cerca de 200 familias dentro del programa.
El cultivo se da principalmente bajo el monte ya que al ser una planta nativa puede coexistir con los demás árboles, explica Rodas.
El avance del monocultivo como la soja rodea a estas comunidades. Por ello, a través de estas prácticas el objetivo es que las familias rurales no terminen cediendo sus propiedades y sufran el desarraigo. Además de conservar las áreas del Atlántico, que ya perdió el 80% de su cobertura, según Rodas.