Mariana Noto Guillén, de 26 años, es oriunda de Asunción, viajó a Estados Unidos en setiembre del 2019 para hacer un doctorado en Ciencias Biomédicas, en la Universidad de Massachusetts Medical School. La joven consiguió una beca y tiene previsto terminar sus estudios en el 2024.
Se aplicó la primera dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech el 22 de enero pasado y tiene que completar la segunda dosis el 12 de febrero próximo.
“Por suerte no tuve ningún síntoma al aplicarme, solo tuve un poco de dolor en el brazo donde me aplicaron la vacuna al moverlo y hacer un esfuerzo. Pero nada más que eso”, expresó en conversación con Última Hora.
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Explicó que para tomar cualquier decisión uno tiene que informarse, leer un poco acerca de cómo funcionan las vacunas para darse cuenta de que la evidencia que hay hasta el momento “es bastante buena”.
“Estas vacunas están siendo efectivas para protegernos del virus y los riesgos asociados por ahora son mínimos. Es cierto que en una situación ideal sería mejor testear durante más tiempo y con más gente, pero estamos en una pandemia y creo que la comunidad científica estuvo a la altura de tomar el trabajo y desarrollar la mejor herramienta disponible hasta el momento. Ahora es nuestra responsabilidad seguir cuidándonos y evitar que el Covid-19 se siga esparciendo y causando daño a tantos niveles”, aseguró.
La compatriota sostuvo que no se contagió con el coronavirus porque toma todas las precauciones para estar segura en su trabajo y fuera de eso solo mantiene contacto con su burbuja social.
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“La verdad estoy en una posición muy buena respecto a mis estudios, como hago investigación para la universidad, ellos nos tuvieron como prioridad para seguir trabajando, así que solo interrumpimos el trabajo presencial desde marzo hasta mediados de junio. Por suerte yo pude seguir trabajando desde mi casa en ese tiempo, porque también hago estudios computacionales”, afirmó.
Indicó además que una vez que volvieron a la universidad tienen muchos protocolos sanitarios que cumplir para evitar el contagio del Covid-19, como el distanciamiento, el uso de tapabocas, limpieza de manos y solo puede estar el laboratorio a 50% de capacidad.
“También nos monitorean testeándonos cada semana, así que es un ambiente muy seguro de trabajo. Creo que lo más difícil fue el aislamiento, durante el tiempo que cerró la universidad no tuve contacto con absolutamente nadie. Por suerte, zoom existe y por lo menos podía hacer videollamadas”, relató.
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La joven paraguaya, además, agregó que tenía pensado volver a Paraguay de visita en junio pasado, pero por las restricciones recién pudo volver en diciembre. Esto le costó mucho ya que nunca había estado lejos tanto tiempo.
Mariana Noto Guillén, quien vive en Worcester, ciudad de Massachusetts, señaló que en su ciudad no conoce a ningún paraguayo, pero en Boston, la ciudad más grande que está a una hora, tiene un par de personas conocidas. Además, señaló que tiene algunos amigos que contrajeron la enfermedad.
Añoranza por Paraguay
Como cada compatriota que sale del país, la joven aseguró que extraña mucho Paraguay, sobre todo la comida, también a su familia y amigos.
“Extraño los asados que prepara mi papá, el chipa guazú que prepara mi hermano. ¡El mbeju!. Creo que nuestra carne en general, que es tan sabrosa. Por suerte tengo una muy buena receta adaptada de sopa paraguaya”, manifestó.
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Consideró que “es difícil estar lejos tanto tiempo” del país, pero tiene la confianza en que está haciendo lo que le gusta y formándose para ser una buena profesional. Dijo que “por suerte” la tecnología le permite mantenerse conectada con sus allegados.
Por último, indicó que su familia en Paraguay está muy bien, cuidándose mucho y no se contagiaron hasta el momento con el Covid-19.
El ministro de Salud, Julio Mazzoleni, anunció el viernes pasado que hay acuerdos cerrados con dos laboratorios para la importación de las primeras dosis de las vacunas contra el coronavirus a Paraguay y que llegarían en febrero.