El artista se instaló en la referida ciudad coreana el pasado 29 de setiembre, cuando comenzó el tallado del bloque de granito.
“Mi propuesta escultórica es un juego visual de manos abiertas que al estar reflejadas una con otra, están compuestas de tal manera que simulan el vuelo de un pájaro”, explicó Jara sobre la pieza.
Según el autor, representa la apertura del ser humano, la libertad, “y por qué no, un símbolo de paz”. La obra, ispirada en una historia que leyó el escultor, fue solicitada por el Mozant Musseum Art, por gestiones de la representación diplomática paraguaya en Corea. La escultura pulida tiene un color negro brillante de un lado y natural del otro.