La periodista Mercedes Menchi Barriocanal, junto con un importante equipo de profesionales del programa El Ojo, entre ellos, Augusto Barreto, fue testigo clave en el proceso de revelación de la magnitud del caso. Lograron una histórica entrevista al piloto Amado Recalde, quien contó en detalle la trama de operativo.
“Definitivamente fue una experiencia fuerte. Había pasado solo tres años del derrocamiento de la dictadura y toda la estructura autoritaria y corrupta aún no había sido desmantelada. Los principales involucrados seguían siendo importantes referentes de la política. Hacer ese programa y contar con el testimonio del piloto Amado Recalde, que conocía en detalles a quienes habían sido parte importante de ese esquema, era un verdadero desafío. Aun así, y sabiendo todo lo que quedaría al descubierto, nos embarcamos con buena documentación a plantear por primera vez en la televisión abierta, un tema que sacudió a un sector de la sociedad que se creía intocable e impune”, manifestó Menchi.
Los poderosos en aquel entonces protegían, como actualmente, a los implicados en el crimen organizado.
“Fue la primera vez que se podía, claramente, establecer la conexión entre el poder político y el poder militar. Hacía ya mucho tiempo que esta combinación de poderes permitía la protección a quienes encontraron en este negocio criminal, una fuente de ingresos inconmensurable”, subrayó la periodista.
“Poco se ha hecho para, al menos, disminuir la posibilidad de que sigan utilizando nuestro territorio para el tránsito de estupefacientes”.
Para Menchi nada cambió, a excepción de que las denuncias se pueden dar con más frecuencia, aunque la mayoría de los casos terminan en impunidad.
“Creo que lo único que cambió fue la posibilidad de denunciar con bastante más frecuencia la relación estrecha entre los sectores que propician este negocio que hoy mueve toneladas de drogas. Pero poco se ha hecho para, al menos, disminuir la posibilidad de que sigan utilizando nuestro territorio para el tránsito de estupefacientes. Al contrario, hoy el Paraguay es el principal corredor en esta parte del continente”, puntualizó.
Una gran diferencia que destaca la profesional es que anteriormente las organizaciones narcotraficantes tenían a políticos como representantes en el Estado, pero actualmente, ya no usan intermediarios, sino que se ubican ellos mismos.
“Más que nunca, las principales cabezas decidieron, sin disimulo alguno, ocupar esos espacios de poder”.
“Otra cuestión que pudo haber cambiado, por culpa de una justicia corrupta e impune es que antes los narcos ponían a sus representantes en los poderes del Estado y hoy, más que nunca, las principales cabezas decidieron, sin disimulo alguno, ocupar esos espacios de poder.
El caso Parque Cué quedó prácticamente impune. El 10 de octubre de 1994, el titular de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), el general Ramón Rosa Rodríguez, fue asesinado cuando dejó a su hija en el colegio, en Asunción.
Justo el mismo día debía encontrarse con el entonces presidente Juan Carlos Wasmosy para entregarle un informe sobre las estructuras de narcotráfico que operaban en el país. Se creía que los datos salpicaban a políticos de peso.