Las adendas a favor de la contratista se dividieron en un primer convenio modificatorio por G. 1.004 millones, que representó un aumento de 8%, aprobado el 21 de setiembre pasado; mientras que el segundo convenio modificatorio representó un 5,5% de suba al monto original, traducido en G. 679 millones, y que también se aprobó el 17 de diciembre último. Ambos aumentos fueron firmados en plena pandemia bajo el beneplácito del ministro de Obras, Arnoldo Wiens.
CUESTIONAMIENTOS. No existiría una justificación válida para estas dos millonarias adendas modificatorias al contrato, y se desconoce la existencia de un proyecto ejecutivo de la pasarela, considerando que el proyecto del puente original es atirantado y muy distinto al actual, señaló el ingeniero Hermann Pankow.
El profesional explicó que no hay a la vista documentos que justifiquen los sobrecostos, pese a que se atraviesa una pandemia, y afirmó también que no se ven estudios de factibilidad que expliquen, por ejemplo, cuántas personas usarían esta pasarela.
Según el portal de Contrataciones Públicas, la licitación para la pasarela tuvo una protesta y en todo el proceso participó solamente un oferente. Para Pankow, esto evidencia en cierto modo un direccionamiento en la adjudicación, dejando plenamente en manos de la contratista el diseño y la aplicación de la obra que se puede prestar a privilegiar y ahorrar costos en detrimento del Estado.
El ingeniero Pankow añadió que pudo existir un direccionamiento en la adjudicación, bajo el padrinazgo político de Jorge López Moreira, hermano de la primera dama, Silvana López Moreira, que habría abogado por la firma Engineering SA, que ya tiene 51 contratos con el Estado.
En tanto, el encargado del proyecto por parte del MOPC, José Kronawetter, manifestó a ÚH que el proyecto original, con un puente atirantado, “requiere de un servicio de mantenimiento muy específico y oneroso”, por lo que “se procedió al cambio por algo más práctico y de bajo costo de mantenimiento”, además de “agregar algo que nos identifique como nación” (como el ñandutí) para los Juegos Odesur, para el cual se habría hecho la obra. Consultado sobre los papeles que respalden el cambio, solo dijo que daría a conocer el proyecto ejecutivo en la brevedad posible.
“El diseño es alegórico”, dice la firma Engineering SA
La firma Engineering SA, adjudicada con la Pasarela de la Cultura, brindó ayer su versión sobre la criticada obra, aludiendo que “se pensó en una estructura de estas características para representar a nuestra cultura en tan importante evento, y el diseño es alegórico”. Señaló que es un “pedido de varias instituciones en el marco de los Juegos Olímpicos Sudamericanos Odesur 2022 a realizarse en Paraguay”. Añadió que el proyecto se inició en el 2018 y el contrato se firmó en el 2019, cuando se inició su fabricación, antes de la pandemia. “Firmado el contrato, la firma debe cumplir con su ejecución”, sostuvo.