El pastor Insfrán está acusado por la Fiscalía por los delitos de lavado de dinero y asociación criminal.
La Fiscalía sostiene que el pastor Insfrán Galeano creó la figura de la asociación religiosa “Centro de Avivamiento de Curuguaty” con el objeto de utilizarla como fuente de justificación para simular las ganancias ilícitas del narcotráfico puestas en circulación, dentro del sistema económico y financiero nacional.
El Ministerio Público describió que varias empresas que pertenecen al Clan Insfrán enviaron 17 mil kilos de cocaína a Europa.
En su requerimiento conclusivo, la Fiscalía también mencionó que una de las empresas que se dedica a la supuesta venta de neumáticos envió 10 mil kilos de cocaína a Europa. El envío de la droga generó ganancias por más de USD 433 millones.
De esa manera, José Alberto Insfrán Galeano creó empresas con recursos del narcotráfico obtenidos por su hermano Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, en una sociedad en la que también habría participado el narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, que se encuentra prófugo de la Justicia, y así abrió cuentas bancarias para obtener créditos y blanquear ganancias ilícitas mediante una red de documentos falsificados y vínculos en cooperativas y bancos.
También se describe que se crearon varias empresas como Metalúrgica El Porvenir S.A., Barakah SRL. y Agroganadera e Industrial Nuevo Horizonte, entre otros. En ese proceso presentó certificados de trabajo falsos con salarios elevados para lavar dinero.
El pasado 16 de noviembre el fiscal Denny Yoon Pak presentó la acusación formal en contra del pastor Insfrán, en un voluminoso documento de más de 400 páginas, y pidió que la causa sea elevada a juicio oral.
En la misma fecha, pero en el 2023, José Insfrán se entregó a la justicia tras permanecer prófugo por más de dos años. El religioso se declaró inocente y afirmó que recibió un “mensaje divino” que le indicaba que debía entregarse.
Actualmente, se encuentra recluido en el sector de máxima seguridad de la cárcel de Emboscada.