Paulo Londra subió al escenario montado en el polideportivo SND Arena, a las 21.20, con un despliegue de luces y fuego en el escenario que inyectó la energía que necesitaba el público que ya ansioso lo esperaba.
Lo hizo vistiendo un short y calzados deportivos, una remera negra y una gorra que cubría su característico pelo rubio. En todo momento lo acompañó Alan Tejeda, Dj y amigo personal del artista.
Londra saludó al público joven que lo recibió con carteles, peluches y banderas paraguayas.
No rechazó un solo regalo de los que lanzaban al escenario y agradecía cada gesto con su característico tono cordobés, del pueblo donde nació y se crió.
De tres banderas paraguayas que le cayeron al escenario, una de ellas se la puso al cuello y no se quitó durante los 60 minutos que el concierto duró.
Canciones como Condenado al millón, Te amo, Dímelo, Cuando te besé y Luna llena puso arranque a la energía de los que estaban presentes.
El cantante, de 21 años, interactuaba con su público en todo momento. Con un aro de básquet en pleno escenario, pidió un voluntario que se animé a encestar la pelota, para lo que le dio cuatro oportunidades.
El adolescente aprovechó haber sido elegido para abrazar a su ídolo y decirle “sos el mejor”, frente a cientos de fanáticos que concidieron con él.
Siguió el show con Chica paranormal, una versión acústica de Forever Alone, y Tal Vez, que logró que hasta los que estaban sentados en las gradas se levanten, coreen y bailen.
El repertorio siguió con Solo pienso en ti, No puedo, So fresh, Romeo y Julieta, Demasiado loco, Maldita abusadora, Por eso vine y como broche de oro, Adán y Eva.
Consciente de que sus fans son niños y adolescentes en su mayoría, Londra evita en sus letras hablar de cualquier tipo de violencia, drogas y alcohol.
Respetando esta marca personal, uno de sus requisitos para tocar en Paraguay fue que no se vendan bebidas alcohólicas dentro del predio donde ofrecía su show, lo que se cumplió al pie de la letra.
Se despidió agradecido, derrochando carisma y sencillez y dando besos a la tricolor que seguía colgada a su cuello, muy cerca de su corazón.
“Son lo más, posta”, tiró, dejando expectantes a los fanáticos de un próximo encuentro, lo más pronto posible.