La presunta víctima es la empresaria Viviana González, quien denunció que Acosta había negociado sus cheques, terminando ella con varias demandas encima.
Entre abril y julio del 2020, la hoy estafada habría entregado a Acosta (su asesor comercial y financiero) cheques de su empresa y de ella ya firmados, pero sin el monto, ni datos de la persona a la orden de a quién debían ser pagados.
Esto era parte de un acuerdo al que ambos habían llegado, como parte de actividades comerciales.
Según la imputación, ella le entregó esos cheques “para dar cobertura a los gastos y pagos que debían realizarse en nombre de las sociedades (dos empresas)”. Acosta debía informar antes a González sobre cualquier pago a ser realizado, “a fin de asegurar que los cheques tengan el respaldo o saldo suficiente”.
El empresario, en cambio, consignó montos no autorizados y para otros fines que no eran comerciales.
Según presume la Fiscalía, lo que hizo fue ocultar el informe real de las operaciones.
NEGOCIÓ. Incluso, Pedro Acosta habría negociado parte de los cheques, tanto con entidades bancarias como con particulares, realizando incluso el descuento de cheques sin informar nada.
Pese a que González le solicitó en reiteradas veces que él le devuelva los instrumentos de pago, el empresario se negó, dice la imputación.
Él, en un intento de devolver la suma usada, le dio supuestamente diecisiete cheques por sumas millonarias a González, pero varios no pudieron ser efectivizados, ya que fueron rechazados por orden de no pago, fecha deficiente o insuficiencia de fondos.
Lo que se descubrió es que Acosta mandaba hacer denunciar como extraviados “en la vía pública” los cheques, para que no puedan ser cobrados.
Todo esto le habría producido un perjuicio de más de G. 270 millones a la víctima.