Por Andrés Alarcón
Berlín, Alemania
El largometraje nos sumerge en la era stronista a través de archivos audiovisuales, con un formato poco convencional: sin narración en off ni entrevistas contemporáneas, sino únicamente con el sonido e imágenes de los materiales de la época y narrando en forma lineal lo que sucedió en los 35 años de dictadura y termina con la asunción de Andrés Rodríguez, descrito en uno de los medios internacionales de la época como “el General Coca”.
El documental comienza con registros extranjeros que presentan a Paraguay como un país oculto, desconocido, y exhiben mapas que incluso ilustran su configuración de manera distinta.
Luego, nos transporta al Paraguay de 1954, con imágenes de los majestuosos Saltos del Guairá, vastos paisajes rurales y la icónica locomotora, cuyo avance en los rieles sumerge al espectador en la historia.
El relato de la dictadura comienza en la Bahía de Asunción, con cañoneras que evocan el golpe de Estado del 4 de mayo de 1954, que llevó al poder al entonces general de División y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. A partir de ahí, el filme muestra cómo el régimen instauró el culto a la figura de Alfredo Stroessner a través de la propaganda del “progreso” y el férreo control de los medios de comunicación.
Mientras, nos muestra cómo desde el extranjero, organismos y activistas denunciaban la persecución política contra líderes opositores, campesinos y comunidades indígenas, así como las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el régimen.
A través de imágenes, Juanjo Pereira logra revivir la idiosincrasia del Paraguay de aquella época: una sociedad profundamente religiosa, temerosa y, con el tiempo, fervientemente stronista, con flashes de alarde del poder militar de la época.
La película revive los efusivos discursos de los fanáticos del régimen defendiendo a su impoluto partido y al gobierno democrático de Alfredo Stroessner, con discursos nada racionales y en los que se expresa su amor al líder.
Este tipo de retórica y de propaganda desde el poder, así como el control de los medios podría resultar familiar al espectador contemporáneo, que puede hallar similitudes con el ejercicio de la política actual tanto en Paraguay como en otros países, incluso del primer mundo.
Como dijo Juanjo Pereira al presentar su obra, aunque el filme aborda un episodio del pasado, en realidad, nos interpela sobre el presente. Es un ejercicio de memoria histórica que invita a reflexionar sobre la realidad actual y a observar con una mirada crítica lo que sucede a nuestro alrededor.
La productora paraguaya de Bajo las banderas, el sol, Ivana Urízar, comentó a Última Hora que, aunque aún no hay una fecha confirmada para su estreno en Paraguay, tienen como objetivo proyectarlo este año.
BERLINALE
La Berlinale es uno de los eventos cinematográficos más prestigiosos del mundo. Fundado en 1951, se celebra anualmente en la capital alemana y se distingue por su compromiso con el cine de autor, la diversidad cultural y el enfoque político y social de muchas de sus películas. La edición de este año se extiende hasta el 25 de febrero.
El documental
Bajo las banderas, el sol compite por el premio al Mejor Documental, además por un reconocimiento de Amnistía Internacional a películas que abordan temas de derechos humanos.